Jonathan Rea y un campeonato lleno de termitas.

He de mencionar a Jonathan Rea al principio del texto para deciros que voy a hablar de Jonathan Rea, pero en realidad comenzaré con otra cosa, así que si queréis ir al meollo de la cuestión habréis de cruzar el lago Estigia que serán los próximos párrafos para abordar lo relacionado con el título.
Y es que en ocasiones es muy complicado sacar tiempo para escribir más allá de las noticias que van llegando. Es más, a veces las redes sociales fagocitan cualquier información a golpe de titular y nos estamos acostumbrando (yo el primero) a no leer más allá de los caracteres que un pipiolo azul a marcado como espacio idóneo para decir algo. En rebeldía y también hastiado por los comentarios que compiten por ser el más sarcástico, hiriente o #vayaustedasaber, poco participo de esas redes. Recurrir a listas específicas en las que solo incluyo los perfiles que entiendo son interesantes, es la única manera que he encontrado para no estar al margen de los medios que los propios protagonistas usan para hacer públicas todo tipo de situaciones.
Para colmo, cuando tu trabajo depende de cómo te relacionas con una entidad que es capaz de contestar sí y no a la misma pregunta, el momento de sentarte a escribir tarda más de lo deseado. Me gusta, reconozco que me gusta escribir, más aún teniendo en cuenta que el campeonato sobre el que escribo este editorial desde hace… mucho, está cada vez más interesante y competitivo. Quedaron atrás (estoy convencido) esos años en los que al WorldSBK se le consideraba como un cementerio de elefantes, un campeonato de segunda o el sitio donde pilotos con «menos talento» terminaban corriendo, pues eran otras carreras y otras motos las que acaparaban la atención.
Es cierto, MotoGP ha tenido unas décadas de gloria a todos los niveles y ha disfrutado de pilotos, motos y equipos que han deparado carreras y luchas excepcionales, no hay duda, pero la deriva del campeonato hace que se planteen muchas incógnitas sobre él. Los datos de audiencia, la asistencia a los circuitos, la venta de motocicletas, las políticas alrededor del uso de las instalaciones, los intereses particulares y un largo listado de condicionantes han hecho que MotoGP tenga brechas a las que el WorldSBK no es ajena y de las que tarde o temprano participará en sus consecuencias. Pero actualmente la situación no es alarmante en el mundial de motos de serie. Aunque no se venden las motos «gordas» como se hacía antes, el mundial goza de buena salud, quizás siguiendo una dinámica similar a la que emprendiera MotoGP hace unos años. Actualmente tiene a tres pilotos y tres marcas, que pronto serán 5 en ambos casos, que están brindando mucha emoción en todas las rondas y en la pista se ve espectáculo, ingredientes de primera para un producto de diez.
En toda esa escenografía, Toprak Razgatlioglu ha sido capaz de romper la hegemonía que mantenía Jonathan Rea desde hace años, hexacampeón nada menos, con luchas en pista que hacían levantarte de la silla. El campeonato se jugaba entre dos y se fue a manos del turco. Muchas acciones fueron las que se podían tildar de «al límite», por ambas partes, pero si algo me ha sorprendido durante todo este tiempo es que el comportamiento de ambos, en menor o mayor medida, siempre ha sido correcto, tanto dentro como fuera de la pista. Asumiendo que la tensión ha llegado a cotas elevadas en algunos momentos, nunca ha llegado «la sangre al río» y el respeto entre ambos es absoluto.
Que cada piloto cree que es el más rápido, que puede vencer a cualquiera y que si no gana es por otra serie de factores, es verdad. Si no fuese así no competirían, pero del mismo modo todos saben el daño enorme que puedes llegar a hacerte en este deporte y salvo alguna «patada voladora», nunca he visto a nadie intención de hacer daño a otro piloto. He visto cosas raras, como Melandri con Alzamora o Zarco con Terol (aquello sigo sin explicármelo), pero son situaciones muy aisladas que me niego a generalizar.




He visto cómo la opinión generalizada es la que censura la acción de Rea sobre Bautista, incluso afirmando que hay intencionalidad en la acción, pero por mucho que veo las imágenes no creo que fuese así. Ya, ya sé que es impopular, pero ni por condición, ni por trayectoria, Jonathan Rea es persona de hacer tal cosa. Quízás y digo quizás, porque en esto de opinar todo son suposiciones y el único que sabe a ciencia cierta lo que ocurrió es Rea, el factor que ha motivado todo esto es precisamente Álvaro Bautista; me explico. En temporadas anteriores la lucha del título siempre ha sido cosa de dos, tanto con Álvaro como con Toprak. La victoria era un duelo, entre dos y lo mismo ocurría con el campeonato. Pero este año la cosa ha cambiado y a Toprak, el vigente Campeón del Mundo, se ha sumado Álvaro Bautista con una Ducati que va mucho mejor que aquella que dejara Bautista en el año en el que pudo haber sido campeón.
La gestión que requiere este «nuevo campeonato» es diferente, incluso el mismo Toprak estaba realmente nervioso al principio de la temporada. Recordad cómo empezó, cometiendo fallos, yéndose al suelo, en definitiva, nervioso… Ahora le llega el turno a Rea, visto que Toprak ha encontrado el sendero que lo pone de nuevo directo a luchar por el título. Pero es que además está Álvaro, que está sabiendo hacer lo que no supo en 2019 y que puede facilitarle la corona este año. Jonathan Rea está nervioso, como nunca lo he llegado a ver y un piloto, cuando está nervioso, en un deporte tan tremendamente exigente como este en lo que a concentración y precisión se refiere, comete errores y este ha sido uno de ellos. Rea, en el intento de adelantar a Álvaro, colisiona con él, con el resultado que ya conocemos. Después podemos discutir si la sanción es justa o no, si es suficiente o no, pero dudo mucho, sin tener la certeza (solo la tiene Rea), que sea un golpe premeditado buscando la caída de Álvaro.
No quiero que WorldSBK se convierta en MotoGP y mucho se ha encargado el perfil oficial del campeonato en airear los comentarios de unos y de otros y de repetir hasta la saciedad lo ocurrido en pista. Carnaza, esa es la fórmula, para vender fácil y rápido y entiendo que no es necesario. Tenemos un campeonato excelente, con carreras estupendas, marcas implicadas y pilotos rapidísimos. Me pregunto cada vez más cuánto importa el deporte al promotor y si es necesario recurrir sistemáticamente a controversias como esta, como ya ocurriera en el universo MotoGP, para crear expectación.
La termita es un insecto fascinante, capaz de dejar la piel de la madera, aparentando estar intacta, cuando el interior está absolutamente devorado, hueco, muerto. ¿Le pasará al motociclismo lo mismo que a la madera cuando es atacada por termitas? Parte de la tarea para que esto no ocurra la tenemos nosotros; si nos quedamos en ver solo la piel, dejaremos de prestar atención al tronco.