Dixon, ¿y por qué no?

Llevo viendo carreras desde que Valentín Requena asignaba parcelas a los pilotos mientras Nieto corría, vaya, que ya son unos cuantos años, aunque no demasiados y que sean muchos más, pero no demasiados. A pesar de mi deseo, me temo que me voy a tragar, nos vamos a tragar, un camino bien difícil en esto del motociclismo y en otros ámbitos mucho más trascendentales para la vida, pero aquí hemos venido a hablar de motos.
Manolo Fernández escribía esta semana una pieza que considero imprescindible para todo aquel que quiera comprender lo que un aficionado que ha visto motociclismo de muy altos kilates siente cuando ve lo que tenemos actualmente.
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Adiós a Rossi, ¿adiós a MotoGP?
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¿Qué tenemos actualmente? A ver, no me malinterpreten, que yo también me divierto, ninguno de los que están es manco, pero es ahí donde radica lo que esta tarde me cuestionaba mientras subía a la página el comunicado del Petronas Yamaha SRT, ¿de verdad está Dixon para correr en MotoGP? El mérito es, según la RAE, el «derecho a recibir reconocimiento por algo que uno ha hecho». Conste que Dixon no es la causa, pero sí el pretexto, no sé, en algún momento tenía que escribir sobre esto y ha sido ahora.




Morbidelli tiene la temporada lista, una Yamaha estupenda con un técnico de prestigio queda libre y la situación en el Monster Energy Yamaha hace que Cal Crutchlow salga con la moto de Viñales. Llega el momento de decidir quién sube para hacer correr esa M1 y el elegido es Jake Dixon. – Dixon sustituto de Morbidelli en Silverstone – El británico, que venía del BSB con unos resultados muy buenos, siendo Subcampeón en 2018, suponía para mí la llegada de talento al mundial, pero como siempre ocurre, es un talento que hay que refrendar en pista. La condición de británico ya le brinda un estatus que, de cara al organizador y a las empresas que emiten el mundial, es atractivo, pero lo cierto es que los resultados no han acompañado y salvo alguna actuación esporádica, el papel de Dixon en el mundial está dejando mucho que desear, pero insisto, hablamos de Dixon como podríamos hablar de otros muchos.
La cuestión es que en mis tiempos mozos, veías a un japonés de larga melena estar a punto de mojarle la oreja en Suzuka a los grandes de 500cc. y eso le suponía quedarse en el mundial, a un tal Carlos Checa competir con una RS metiendo rueda a las todopoderosas NSR, o a Alberto Puig con una carreras-cliente apretando a las pata negra. La sensación, repito, la sensación, pues no es más que un hecho empírico formado con mi experiencia, que no debe ser ni la más completa ni la mejor, ni mucho menos, es que el espectáculo, el deporte que se nos ofrece como motociclismo, está lleno de caminos que distan mucho de relacionarse con el mérito, es como un «Talent Show», un «Operación Triunfo» en el que gana no el que mejor canta, eso es lo de menos; «desafinas como un cosaco, nene, pero qué nalgas gastas».




El espectro de pilotos debe ser lo más amplio posible, no, espera, tiene que serlo, por Osiris y por Apis. Ah, carajo, que faltan británicos en MotoGP; siendo así, ¿para qué buscar si tenemos a uno en Moto2? Saldrá a parrilla, tendremos la noticia, ocuparemos minutos y la gente prestará atención 2 minutos al tweet en el que se anuncia lo que haga este fin de semana. Carne quemada, abrasada, pero expediente cubierto.
Darryn Binder estaba previsto que probara una MotoGP, aunque finalmente no ha sido así; una muestra más. Acosta a MotoGP, Raúl Fernández a MotoGP, Rossi fuera de MotoGP, pero con equipo de MotoGP, Toprak a MotoGP, Gerloff a MotoGP, McPhee a MotoGP, MotoGP, MotoGP… La marca, vender la marca, que siga generando billetes, aun asumiendo que Rossi está de salida y quién sabe si no el mismo que ha llevado la gerencia de Dorna durante todos estos años… Después nos extrañamos que Moto2 y Moto3 pasen por apuros, ¿alguien quiere ser piloto de Moto3, de Moto2? No, se han convertido en un estorbo, en un camino demasiado largo. Si seguimos así, pronto veremos pilotos que saltan del nacional a MotoGP.
Por momento no reconozco la que fue la máxima expresión del deporte del motor, al menos para mí. Claro, es emocionante, es que cualquier cosa que pase con motos de competición es espectacular, pero me pregunto, ¿veo lo que quiero ver o lo que me quieren vender? De momento, este fin de semana voy a ver a Dixon en MotoGP.
Después de leer este enorme artículo, voy a consultar algún manual de filosofía universal… Si quieren ustedes saber sobre motos y algo más, sigan a David Asencio. Imperdible.
A la escalerita se le estan rompiendo los escalones