Recuerdo con especial cariño la etapa en la que estuve haciendo fotografía en circuito de forma acreditada. Uno de esos momentos que recuerdo tenía como escenario era el circuito de Jerez y se realizaban los IRTA de Moto2. Por aquél entonces estaba un tal Marc Márquez debutando con la Suter.
El caso es que tenía especial interés en captar los diferentes diseños de cascos que participarían en esa temporada, quizás porque los cascos son unos de esos elementos en los que los moteros volcamos todo nuestro friquismo y analizamos con más detenimiento, además de ser uno de los temas preferidos de charlas entre nosotros. Apostado en la que ahora es la curva Dani Pedrosa, estuve tirando de zoom y aprovechando que el sensor era APS-C, aportando un plus por el factor de multiplicación, para captar los distintos diseños. Uno de ellos tenía una gran bandera suiza en la parte superior y ocupaba gran parte de la fotografía por la manera de encarar la curva.
Sí, la postura en la moto mientras desarrollaba esa curva de derechas era muy peculiar, si no me equivoco también corría por aquel entonces con Suter… miraré en el archivo, a ver si encuentro algunas de esas fotos.
El caso es que la forma en la que llevaba aquella moto no era de lo más ortodoxa que había visto, si es que hay alguna forma ortodoxa de llevar una moto, vaya… porque aquí cada uno la lleva como puede y si no, pasaos por un día de tandas en circuito y vais a ver el catálogo que sacáis. Sí, era Dominique Aegerter.
Pasados los años, su periplo por Moto2 no fue excesivamente exitoso, con una victoria en todas las temporadas que estuvo allí, aunque acabando quinto en dos de ellas en la clasificación general final. Pero por cosas de la vida, recala en el equipo Ten Kate del WorldSSP y todo cambia: dos veces Campeón del Mundo, ganador de MotoE en 2022 ya con categoría de Campeonato del Mundo y salto a WorldSBK con el GTYR, teniendo como compañero a Remy Gardner.
Durante su etapa en Moto2 poco se sabía del piloto suizo, la atención estaba dirigida a otros pilotos, pero una vez entra en el WorldSSP la cosa cambia. Nosotros mismos en MotoRaceNation tuvimos oportunidad de entrevistarle y ya en aquel momento percibimos dos cosas. La primera fue que era feliz, muy feliz con lo que estaba haciendo, independientemente de la plataforma en la que estaba compitiendo. Al fin y al cabo, era una categoría con rango de Campeonato del Mundo y las cosas estaban saliendo muy bien. La segunda fue que se tomaba las cosas muy en serio y afrontaba su tarea con una gran profesionalidad. Esto que a priori parece de perogrullo, puede que no lo sea tanto, pues en estos años se han visto muchas cosas y no precisamente indican lo expresado. En cambio, el piloto suizo, sin hacer demasiado ruido, sí que trabaja, mucho, y aplica una disciplina y un método más propio de la construcción de relojes que se asocia a su país de origen.
Este año, primero en el WorldSBK, lo está haciendo realmente bien, está sexto en la clasificación general y tiene una de las vueltas rápidas, concretamente en Australia y en la Superpole Race, algo nada fácil. Es la tercera Yamaha en la general, justo por detrás de las dos oficiales y tiene por detrás a pilotos experimentadísimos en la categoría y con motos que corren mucho, mucho… Todo esto lo sitúa como uno de los mejores pilotos independientes de la categoría, solo superado por Bassani, que disputa, si no recuerdo mal, su tercer año en la caegoría.
Dominique representa una clase de deportista que ahora no se lleva. No es mediático, no tiene un club de fans que mueva cientos, miles de entradas en redes y su camino hasta el momento no es el más «ortodoxo», entendiendo por ortodoxo lo que se lleva ahora, es decir, desde muy joven señalado a hacer grandes cosas y creciendo por temporada hasta que en un momento dado algo o alguien decide que ya no sirves o que no cumples expectativas.
Él representa, a mi juicio, claro está, esa clase de piloto que sí podías encontrar hace algún tiempo (mucho o poco, quizás lo primero) que a base de trabajo llegaba a encontrar su sitio y sentirse así, piloto, competitivo y disfrutando de lo que hacía, más allá de campañas enormes que mueven cantidades enormes y muchas, muchas entradas en webs y canales digitales de información o no.
Reconozco que me gusta, me encanta que sea así. Para mí es el ejemplo evidente de que las cosas pueden ser mucho más naturales y que no todos tienen por qué ser un auténtico booom mediático o aplastar al resto con resultados estratosféricos. El trabajo, el tesón, la constancia y el respeto, tanto por el resto como por sí mismo, pueden ser elementos constitutivos de éxito, como lo está siendo este caso.
Lo mejor para Dominique, un tipo simpático, trabajador, humilde y muy, muy rápido.