Sin MIRamientos

Poco a poco, entre las tinieblas de este Mundial de MotoGP, que parece que nadie quiere ganar, se va vislumbrando un favorito: Joan Mir.
El mallorquín, probablemente el piloto de MotoGP que menos excusas ha puesto hasta el día de hoy en esta extraña temporada, se encuentra cuarto en la general, a sólo cuatro puntos del liderato
Una posición que encubre el verdadero potencial mostrado por el balear en las cuatro últimas carreras, donde ha pisado podio en tres de ellas. El de Suzuki ha sido el piloto que más puntos ha acumulado en estas cuatro rondas: 69 puntos frente a los 53 de Dovizioso, los 41 de Viñales y los 24 de Fabio Quartararo. Una excelente media de 17,25 puntos por carrera, muy alejada de los tristes 12 puntos de media con los que Dovi lidera el campeonato.
Y todo esto a pesar de los dos ceros acumulados, el de Jerez por error propio y el de Brno causado por un apresurado intento de adelantamiento de Iker Lecuona. Sin este error ajeno, Mir probablemente lideraría el campeonato en estos momentos.




La principal diferencia con sus rivales más directos es que Joan Mir todavía no ha ganado una carrera, no sólo en la presente temporada sino también en la categoría reina desde su debut el pasado año. Y ese hito es precisamente la última barrera que el joven piloto de 23 años recién cumplidos tiene que franquear para el necesario cambio de ‘chip’ que le haga verse como un firme aspirante al título.
Adelantamientos sin MIRamientos, como el realizado a todo un Valentino Rossi en la primera ronda en Misano y el doble simultaneo consumado sobre Fabio Quartararo y Pol Espargaró en la segunda carrera italiana, ambos de una impresionante calidad de ejecución, sorprenden si consideramos la experiencia del palmesano; un piloto que llegó al campeonato en 2016, fue campeón de Moto3 en 2017, pasó por Moto2 en 2018 y desembarcó en MotoGP el pasado curso, en una temporada marcada por el pavoroso accidente, a casi 300 km/h, sufrido a mitad de año durante unos test en Brno.
Merece la pena comparar esos datos con los de algunos de sus rivales cercanos en la clasificación, con un Dovizioso que lleva en el Mundial desde 2002 o Maverick Viñales, que llegó al campeonato en 2011. Sólo Quartararo, con un año más de experiencia, puede asimilarse al mallorquín, aunque el francés es el único de los cuatro que no atesora ningún título mundial.




Esta semana, Suzuki y sus pilotos se enfrentarán en el Circuit de Barcelona a su prueba de fuego. La primera carrera de la segunda mitad del campeonato se celebrará en uno de los trazados donde el equipo capitaneado por Davide Brivio logró una de sus mejores actuaciones en 2019, con Alex Rins cuarto y Joan Mir sexto.
Si Mir sale líder de Montmeló o al menos conserva la exigua diferencia que le separa de la primera plaza, habrá dado un paso de gigante en sus aspiraciones, máxime si tenemos en cuenta que quedarán seis carreras para la conclusión del campeonato con dos de ellas en Motorland Aragón, el circuito favorito del balear, dos en Valencia, un escenario en el que ha cuajado buenas actuaciones, otra en Le Mans, donde ya ganó en Moto3 y la única incógnita será el desconocido Portimao.
Y si nos ponemos a soñar, que bonito sería ver un duelo por el título hasta la última carrera entre un recuperado, por enésima vez, Maverick Viñales y Joan Mir que nos hiciera reverdecer las pugnas Márquez-Lorenzo, Lorenzo-Pedrosa y la madre de todas las batallas entre pilotos españoles, los Sito-Garriga que levantaron la afición de todo un país.
Por soñar que no quede, y menos ahora, duros tiempos en los que necesitamos sueños que se hagan realidad para intentar olvidar, al menos por un momento, el desasosiego que nos rodea.
No te olvides de la bandera roja en Austria-1 donde lideraba a 2.4s del segundo. Pol dijo que ese GP era de Mir.