El Mundial empieza en Portimao

Hasta no hace demasiados años, cuando el Mundial de MotoGP arrancaba en Japón, para saltar posteriormente a Jerez, había un mantra repetido por pilotos, equipos y aficionados que venía a decir que el verdadero campeonato comenzaba en el trazado andaluz.
Y no porque lo ocurrido en ultramar no tuviera validez, sino porque la llegada de los trazados europeos y, sobre todo, la rapidez con la que se iban sucediendo las carreras, hacía que la propia dinámica de competición y la adaptación a la presión que ello suponía, fuera un factor clave en la lucha por el título.
Todo esto viene a propósito de lo sucedido en Qatar este arranque de temporada. Tras cinco días de test (seis los debutantes), ocho entrenamientos libres, cuatro sesiones de clasificación, dos ‘warm up y dos carreras, la única conclusión que nos han dejado es comprobar cuales son pilotos que van bien en Losail y a quienes se le atraganta, lo mismo que cuales son las motos ideales para el trazado qatarí y cuales no.




Rodar más de 2.000 km en un mismo circuito en menos de un mes hace que hasta el más torpe de los pilotos (y en MotoGP ninguno lo es), consiga una puesta a punto casi perfecta para su moto (viento aparte) y las diferencias sean mínimas, como lo visto en la última carrera, donde los primeros 15 acabaron separados por menos de 9 segundos.
En un campeonato de 20 carreras, tan importante como ser rápido es la habilidad y rapidez de equipos y pilotos a la hora de poner la moto a punto así como la capacidad de adaptarse a circuitos nuevos y condiciones cambiantes, como las meteorológicas. Algo que hace dos temporadas que no vemos, ya que 2020 tampoco es demasiado extrapolable por la cantidad de carreras dobles celebradas en un mismo circuito.
Teniendo en cuenta estos factores, después de dos carreras en Qatar, las motos a batir siguen siendo las Yamaha, tal y como demostraron la pasada temporada ganando más carreras que ninguna otra marca, lastradas solo por la irregularidad de sus pilotos. En este inicio de curso, tanto Viñales como Quartararo parecen haber dado un paso adelante en madurez y por el contrario, los pilotos del Petronas han dado dos para atrás, hecho más comprensible en el de Tavullia y no tanto en el vigente subcampeón del mundo, que partía como uno de los favoritos a, al menos, repetir los éxitos de 2020.
Los grandes rivales en Qatar de la marca de los diapasones fueron las sempiternas Ducati, las motos voladoras (como siempre) en Losail y las grandes derrotadas de este doblete. La marca de Borgo Panigale sigue con ese camino errático de las últimas temporadas en cuanto a sus pilotos de la escuadra oficial, capaces de lo mejor y lo peor según sople el viento. A Bagnaia todavía puede concedérsele el beneficio de la duda, pero mucho me temo que a Miller, todo un veterano en la categoría, la temporada se le va a poner muy cuesta arriba con el peso sobre sus hombros de ser el primer piloto de la firma boloñesa. Lo sucedido con Mir es sólo un botón de muestra del efecto de esa presión sobre el australiano.




Por contra, Ducati tiene el as en la manga de salvar la temporada con el Pramac y el fantástico rendimiento exhibido por un Zarco muy sólido, que podría ser perfectamente candidato al título si no realizara cada año alguna de sus “zarcadas” y la espectacular irrupción en la categoría de Jorge ‘Martinator’, un piloto que siempre ha demostrado su mejor cara cuanto más ha salido a divertirse sin pensar en el campeonato. Ojo a él en un año en el que toda la atención de la marca está centrada en el resto de sus compañeros. Lo mismo que ojo a Bastianini, que sin hacer ruido también ha demostrado progresar adecuadamente.
Las Suzuki y sus pilotos siguen siendo esos que no hacen ruido, sumando puntos sin alardes y esperando sus circuitos más adecuados. Mir no ha bajado su nivel y Rins, sin lesiones de inicio, se ha mostrado al mismo nivel que el campeón. Darán tanto juego como 2020 aunque mantener lo conseguido será más difícil porque ya no cuentan con el factor sorpresa. Lastima que esa moto tan buena no tenga unos cuantos caballos más.
Las naranjas KTM siguen siendo esas motos capaces de lo mejor y lo peor. Visto lo visto, tanto a los de Mattighofen como a sus pilotos les queda al menos un año más para luchar por el campeonato, aunque volverán a llevarse más de un podio.
Positivo y necesario paso delante de Aprilia para dejar de hacer bulto en MotoGP. Si al trabajador Aleix se le suma un Dovi todavía lejos de estar acabado en la categoría, podrían acabar dando alguna sorpresa.
Por último, está Honda, una marca cada día más necesitada del regreso del campeonísimo Márquez, tanto por reverdecer laureles como por dar la tranquilidad que necesita al nuevo fichaje, un Pol Espargaró al que por ahora le pesa más la autoexigencia que se impone que la que le demanda Honda, pero esta última acabará llegando más pronto que tarde como siga siendo el único foco del equipo.
Y para finalizar, ojalá en Portimao veamos el retorno de Marc Márquez, pero lo más importante es que el de Cervera vuelva totalmente recuperado. Y si esa recuperación pasa por retrasar la reaparición una, dos, tres carreras o las que sean necesarias, bienvenidas sean. MotoGP necesita al campeón Márquez. Márquez necesita volver a ser Marc.
Portimao suele ser un circuito Yamaha, Honda no se ve favorecida con este trazado. También las suzuki van estupendamente, a diferencia de ducati que no tiene salvo gran sorpresa, nada que hacer aquí; pero hay un factor que a día de hoy es decisivo en Portimao : Miguel Angel Oliveira. Su conocimiento del circuito y su motivación es muy superior al resto.
Y aún nos falta Márquez…