VOLVER
‘Yo adivino el parpadeo
de las luces que a lo lejos,
van marcando mi retorno.
son las mismas que alumbraron,
con sus pálidos reflejos,
hondas horas de dolor’
2021, año cero post pandemia si se cumplen los calendarios de vacunación, será el curso en el que volveremos a disfrutar de Marc Márquez, retornaremos a un calendario más “normal” y, probablemente, regresaremos como público, prensa, o invitados a los circuitos, aunque sea con aforo limitado y en la segunda mitad del año.
Cuando las luces que cantara el inmortal Gardel se enciendan el domingo 28 de marzo en la noche qatarí, muchos volverán a intentarlo y muy pocos habrán alcanzado las metas fijadas donde y cuando quiera que sea el final de esta ansiada temporada.

Para Márc Márquez será el año más crucial en su intachable carrera deportiva, el curso en el que tendrá que llevar al límite algo más que su Honda, deberá poner a prueba su capacidad mental para ganar sin poner en juego su todavía inestable físico. Demostrar que puede caminar sobre el alambre desde que vuelva hasta el final de curso sin resbalar ni un solo momento. Sumar victorias cuando sea posible pero más asegurar puntos y solidez que impidan a los lobos rivales “oler sangre”. Un mundo nuevo para el líder indiscutible del grupo que puede llevarle de ser campeonísimo directamente a convertirlo en mito.
Mientras tanto, Pol Espargaró se adaptará pronto a la Honda pero su verdadero potencial con esa moto se verá en 2022 y el benjamín de los Márquez seguirá con su lenta pero determinada progresión que quizás algún día le devuelva al equipo oficial.
Y aunque el 93 es el único que en realidad vuelve (y que nadie dude que ausentarse en Qatar no impedirá su asalto al título), otros son los que regresan a una senda que quizás sea el último tren hacia la gloria.
Como Maverick Viñales, enésima apuesta de piloto rapidísimo y combativo al que su (mala) cabeza le ha negado éxitos mayores. Ojalá su nueva vida familiar le traiga el sosiego que le han (nos han) arrebatado ver al campeón que se vislumbraba.




O como Valentino Rossi, a quien no se le puede negar su innegable fuerza de voluntad para intentarlo una y otra vez, y de paso dejar en evidencia a alguna que otra joven promesa. El de Tavullia está corriendo el riesgo de convertirse en una de esas grandes series televisivas que a todos nos apasionan aunque a fuerza de estirar temporadas llegan a convertirse en rutinarias y solo algún esporádico capitulo nos recuerda lo que fueron.
O también Fabio Quartararo, al que se le acaba el crédito de la juventud y el debut para demostrar que no sólo sabe darle al mango como el que más sino que también posee cabeza y madurez para gestionar la presión, mayor aún al aterrizar en la formación oficial.
No me olvido del último de los ‘Yamaha boys’, Franco Morbidelli, que este año ya no podrá ir de tapado y al que le espera una dura tarea: matar deportivamente al padre de su carrera deportiva. Cuídate de los idus de marzo Valentino, Bruto afila la espada.




Otros que volverán a intentarlo serán los de Borgo Panigale, con una formación totalmente renovada y esos inventos locos del genio Gigi Dall’Igna que hacen que todos tengamos un pedacito del corazón robado por la roja Ducati. Un pedazo de corazón que sería más grande sin las absurdas decisiones que generalmente toma el que dirige los destinos de la fábrica de Bolonia. Ojo a ellos porque este año cuentan con ‘rookies’ de campanillas.
Y qué decir de KTM, los herederos del imperio austrohúngaro que con las alas de la bebida energética y la ayuda de un pequeño samurái han llegado muy lejos en muy poco tiempo. Ahora les queda el paso más difícil, el que convierte a un contendiente en aspirante al trono. En 2021 les tocará pasar el Rubicón.




Me he guardado para el final a los muchachos de la gran S. Los de azul cuajaron una temporada tan endiabladamente perfecta en 2020 que superarla va más allá de los 12 trabajos de Hércules. Mir, Rins y esa ‘band of brothers’ que es Suzuki deberán redoblar sus esfuerzos en 2021 para defender el título. La desventaja en potencia y velocidad punta no es tan grande como para no quedar anulada por el indispensable factor humano que todavía marca la diferencia en este deporte.
Ahora, siéntense y disfruten, el espectáculo va a comenzar. Porque, con permiso del maestro Alfredo Le Pera:
‘Sentir
Que es un soplo la vida
Que 2020 no fue nada
Que febril la mirada
Errante en las sombras
Te busca y te nombra MotoGP’