MotoGP infumable: ¿pasividad o síntoma de debilidad en Dorna?

Llevo un tiempo en silencio y sé por qué: no sé qué coño contar de MotoGP que no se sepa ya por 80 canales distintos y que no hayáis visto ya en, por ejemplo, el magnífico duo que están formando Ricard Jové y nuestro amigo y compañero (siempre por ese orden) Lucio López en LucioLópezGP.
Luego he recordado que empecé a escribir de esto no para contar las cosas que otros cuentan, ni tampoco para contar las cosas que otros no cuentan, sino para compartir y reclamar junto a vosotros las preguntas que nadie hace. Intentaremos encontrar respuesta en la medida de lo posible, cada vez menor y si no, preguntadle a Mat Oxley por lo pasado en Austria cuando uno se atreve a preguntar por cómo se comprueban las presiones mínimas obligatorias de los neumáticos delanteros de MotoGP. Y estamos hablando de un puto dios de la prensa del motor internacional como Oxley, que de vez en cuando, pregunta lo que nadie pregunta. Preguntas del tipo ¿por qué las carreras de MotoGP son un puto coñazo?.
Y si no lo creéis así, si tenéis ganas, volver a ver el divertidísimo Gran Premio de Austria.
Antes de empezar a ponerme a parir por criticar lo establecido, que como el anillo de Gollum vino a nosotros y lo defendemos como nuestro tesssoro, hay que dejar claras dos cosas: nada tiene que ver esto con el esfuerzo y trabajo de los pilotos por un lado, y por otro, algo de coñazo habrá cuando el mismo Luigi Dal’Igna está poniendo encima de la mesa artilugios copiados de la Fórmula 1 para que podamos ver un mínimo de adelantamientos (controlados y controlables9 en MotoGP, con zonas de adelantamiento definidas, bien por uso del holeshot controlado, por aleroncitos móviles o botones de potencia extra para adelantar en aceleración (enterrando aún más este deporte anteriormente conocido como motociclismo, convirtiendo lo de esperar a ver a Dios y frenar en cuando Dios te deje, aceleras controladamente).
Pero ya sabemos, el reglamento es el que es hasta 2027 y sólo un consenso de la MSMA (asociación de constructores) o esgrimir motivos de seguridad (permitan que me sonría) podría cambiar una situación técnica que ha desembocado en los velocísimos trenecitos de la bruja que son un GGPP. Velocísimos para nada, porque en solitario no hay ninguna referencia que te permita ver por TV si alguien es más rápido que otro. Y si no, ved «El Aviador» (Martin Scorsese, 2004), que cuenta como Howard Hughes tardó tropecientos años en rodar «Los Angeles del Infierno» porque sin efectos digitales aún inventados ni nubes que sirvieran de referencia, los aviones podían ir a punto de explotar que la sensación de velocidad en pantalla era nula. Y a MotoGP hemos venido a ver pilotos competir entre ellos en primer lugar, y en segundo, a ver de qué locuras técnicas disponen para ello.
El caso es que algo se ha perdido por el camino cuando Dal’Igna, en esta entrevista en SpeedWeek (ya, ya, pincha, abre el enlace, dale al traductor, qué pereza ¿no?) ve que hay que promover los adelantamientos, aunque sean a la carta. Y yo me pregunto dónde queda Dorna en todo esto. Que es donde esta entrada entronca con lo descrito acerca de abrir la parrilla a una quinta KTM para Pedro Acosta sin una sexta para Marc Márquez.




Retrocedamos un poquito en el tiempo para qué veáis a dónde quiero llegar: en febrero de 2009, Jaime Alguersuari, fundador de Solo Moto (entre otras mil cosas más relacionadas o no con la moto), escribió un artículo llamado «Quo Vadis (¿A dónde vais?)» que he podido recuperar con la ayuda de @wxatgp500 (gracias de nuevo, Xavi). En dicho artículo Alguersuari (que te caera mejor o peor, pero seas quién seas sabe mucho más de motociclismo que tú) arenga a los constructores a derivar MotoGP hacia las SBK para contrarrestar gastos. En esos días, Alguersuari grabó una entrevista para una sección llamada «El Diván» con Carmelo Ezpeleta. De dicha entrevista, según cuenta el mismo Alguersuari, Ezpeleta se llevó una copia en inglés para compartirla con la MSMA, poco después nacería el reglamento CRT, con motores deviados de las SBK y chasis prototipos, presupuestos controlados y parrillas llenas de pilotos y equipos deseosos de competir en MotoGP en clara sintonía con lo que Alguersuari proponía en el artículo.
El tema no es si Alguersuari fue o no un visionario en esta ocasión (como en otras tantas), el tema es la fuerza que tenía Dorna (o Carmelo Ezpeleta) ante la MSMA y la FIM para que un artículo (de alguien muy autorizado, recordemos) marcara el nacimiento de una nueva MotoGP hace no tantos años. Y la pregunta que nadie hace (públicamente) es dónde está esa fuerza ahora. Con Manel Arroyo retirado y Carlos Ezpeleta en proceso de sucesión de su padre Carmelo, pregunta en la que hay que postular si existe quién incluso ve una posibilidad de que la gestión del Mundial salga de Dorna para volver a manos de la FIM porque hay una presa que no es tan rápida, ágil, innovadora ni fuerte como antes: Dorna. Al menos no parece cuidar su producto como antes, aunque de esto ya hablamos en el artículo de la KTM de Acosta. Y si quitamos la mirada de MotoGP hacia Moto2 o Moto3 mejor nos cortamos las venas.
Y como consecuencia de esta (supuesta) pérdida de fuerza negociadora de Dorna, qué pasa con este Mundial, ¿seguirá siendo un puto coñazo para terminar con adelantamientos controlados?
P.D.:Por cierto, cuando la incultura se convierte en moda nos volvemos todos idiotas profundos. La vergüenza ajena que dan los periodistas y narradores que se empeñan en utilizar como numero ordinal las fracciones sólo demuestra que el nivel que dicen tener como periodistas es, sencillamente, discutible. Undécimo, décimo primero, el que ha llegado el once o el que ha entrado en los puntos holgadamente está bien dicho pero por Dios y por la Virgen, un onceavo es un trozo de una tarta y además bastante pequeño, no una posición.