Tenemos que cambiar algo que no te gustará ¿Por qué tenemos estas carreras llenas de riesgo?

Cuadro Negro
El autor del artículo no tenía ganas de poner una imagen de motociclismo

Se ha escrito mucho sobre la muerte de los pilotos de motos desde el triste fallecimiento de Dean Berta Viñales, ese era uno de los motivos por los que no quería escribir sobre ello.

Lo primero de todo es decir lo mucho que me ha dolido. De verdad que no quiero ni imaginar lo que significa para la familia, así que procuremos respetarles en su duelo.

Por supuesto que en MotoRaceNation se ha tratado el tema, con un texto de Manolo Fernández que podéis recuperar aquí.

A mí me había dado por pensar, cuando pasa algo de este estilo, si los pilotos están preparados para competir. O si lo están todos los componentes de los equipos y que ponen a punto una máquina que debe ser tan precisa como su trabajo sea capaz de producir.

¿Están realmente a punto para eso, o estamos generando más situaciones de peligro?

Serán asuntos que deje para después de la temporada, en donde se pueda hablar con mayor frialdad de todo lo que está pasando y todo el movimiento que está habiendo.

Reconozco no haber leído nada fuera del texto de Manolo, algunos tweets y visto algunos cortes de vídeo. No estoy entendiendo nada.

Desde luego que es lastimoso perder a un piloto, aún más si es joven, pero si has perdido a alguien en moto sabes que no hay que abundar en la pena que nos dan esas muertes. Pero sucede lo que comenta Manolo en su artículo: el click manda, y no se pierde oportunidad.

Algunos hacen propuestas sobre elevar la edad de participación en los campeonatos y otros, o los mismos, además hablan de una reducción de las parrillas. Yo sí estoy a favor de reducir el número de participantes, por una mera cuestión estadística, pero eso no soluciona nada.

En cualquier caso, soy de la opinión que hay que encontrar la raíz del problema para poder plantear soluciones, y muy probablemente al final del artículo escriba cosas que resulten impopulares.

Lo primero impopular que voy a decir es que no hay culpables. No los busquéis porque no existen, esta situación es el resultado de una evolución que buscaba solucionar algo y que ha terminado generando estos problemas.

¿Qué es lo que se ha querido solucionar? Las oportunidades, principalmente. Se ha ido cerrando el desarrollo de las marcas con un reglamento técnico para igualar las motos, lo que ha resultado en una competición que se ajusta por abajo.

El argumento teórico dice que con motos iguales destacará el piloto. La práctica dice que destaca el que más riesgos toma, y arriesgar no es lo mismo que ser buen piloto.

En la actualidad hay motos poco exigentes a la hora de puesta a punto y de pilotaje, de tal manera que el buen piloto se encuentra atrapado por los límites de la moto y temiendo a los que necesitan asumir riesgos para destacar.

Es cierto que hay que cambiar el modelo, pero no necesariamente el de la edad. En un primer momento pensaba que era una solución, pero pensando dos veces sobre los motivos que nos han servido este problema veo que no es así.

Toca el duro trabajo de ser honestos y reconocernos que es imposible la igualdad sin que ésta genere más riesgo. Toca ser sinceros y, sabiendo que las motos difíciles técnicamente serán las que muestren a los buenos pilotos, dónde queremos poner el equilibrio entre accesibilidad y talento.

¿Por qué vemos cada vez más pilotos esperando referencias en pista? Hagamos un reglamento técnico que termine con la necesidad vital de los rebufos, evitemos que las dos marcas que aún quieren estar en el campeonato llenen la parrilla con motos idénticas para Moto3 y lo mismo para Supersport300.

En la categoría pequeña hemos visto con Honda y KTM – sólo hay una con puntos – se han ido retirando del campeonato, quedando de nuevo un duelo a dos entre Yamaha y Kawasaki. En estas alturas del campeonato tienen puntos un total de 24 Kawasaki, 16 Yamaha y 1 KTM.

La filosofía de la reglamentación técnica está llegando a todas las categorías, incluida MotoGP, y el resultado obtenido son carreras más ajustadas a base de diluir al buen piloto, la buena fábrica o al buen técnico. Eso no es necesariamente mejor.

Nunca estaremos blindados contra los accidentes, nunca la muerte dejará de acompañar al paddock esperando su momento para volver a sacudirnos, y eso es algo que debemos entender. Igual que hay que entender que sea noticia que un deportista menor de edad pierda la vida. Mal que nos pese.

Lo que sí que podemos hacer es entender que, en el caso del motociclismo, la igualdad provoca muertes. Y lo preocupante es que se está extendiendo esa igualdad a los más pequeños.

Como decía antes la igualdad técnica premia a los más arriesgados, y al no poder destacar los mejores siempre se encontrará una situación en que intentar un movimiento que se basa más en algo que no es técnica ni calidad.

Las motos deben volver a tecnificarse y convertirse en más difíciles, las fábricas deben tener más libertad de desarrollo. Sé que eso hará la competición más cara, pero ¿quién se atreve a ponerle precio a una vida?

Hay que buscar el difícil equilibrio entre igualdad, talento y precio accesible, pero nunca desequilibrar hacia extremos que maten al deporte o a sus deportistas.

 

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