¿Vender motos o ganar carreras?, esa era la cuestión
¿Vender motos o ganar carreras?,
esa era la cuestión
La pasada semana Yamaha nos “ametralló” con una sucesión de comunicados en los que primero informaron de la renovación de Maverick Viñales para el periodo 2021/2022, después de la confirmación de Fabio Quartararo como segundo piloto en el equipo de fábrica, más tarde sobre su compromiso con la figura de Valentino Rossi, y finalmente el fichaje de Jorge Lorenzo como piloto de pruebas.

Dentro de esta avalancha hubo cosas esperadas, como lo de Quartararo; otras que eran vox populi , como lo de Lorenzo; pero lo de Viñales y Rossi fue bastante sorprendente. Y lo fue porque durante la segunda mitad de la pasada temporada, a través de su máximo representante deportivo -Lin Jarvis-, desde las filas de Yamaha se había repetido por activa y por pasiva que la formación de pilotos del Factory Yamaha para el periodo 2021/2022 estaría compuesto por Fabio Quartararo y un segundo piloto, que se definiría en función de la decisión que sobre su futuro tomase Rossi… ‘Valentino sigue vendiendo muchas motos para Yamaha’ era el argumento… Es decir, Maverick Viñales quedaba, en este planteamiento, relegado a “la rueda de repuesto” del Team Yamaha.
Pero a la hora de definir su futura escuadra, la realidad ha dado un vuelco radical: es Rossi quien ha quedado descartado, mientras que el español ha sido elegido como el piloto de referencia de Yamaha. ¿Qué pasó para este inesperado cambio de planteamiento? ¿Qué ocurrió para que del discurso “Valentino estará en Yamaha hasta que él decida”, repetido como un mantra por Lin Jarvis, haya mutado a ofrecerle a Rossi un puesto en las filas de su equipo satélite en caso de que decidiese seguir en activo después al final de la próxima temporada?
Si quieres conocer las respuestas a estas preguntas y la intrahistoria de cómo y por qué se sucedieron los acontecimientos, sigue leyendo…
Las palabras de Takahiro Sumi
La antesala de lo que Yamaha anunció la pasada semana la “sentí” en directo durante una entrevista que le hice en Phillip Island la pasada temporada a Takahiro Sumi, el máximo responsable del proyecto MotoGP de Yamaha. Sentado delante de él, observando cómo contestaba sobre los futuros pilotos del Team Factory, me di perfecta cuenta que su discurso no estaba en sintonía con el de Lin Jarvis. Aquí el extracto de esa entrevista que corresponde a lo que estamos tratando…
Lin Jarvis has said different times that Valentino will be a Yamaha rider “as long as he wants”. This generates a problem in Yamaha because you have two fast riders, young and fast: Viñales and Quartararo. What will happen if Valentino decides to continue racing after 2020?
“I don’t have any idea… We fix it when it comes to the situation. Now I’m fully concentrated in doing what is necessary to return to win races and then the championship. The actual feeling about the riders, the rider’s situation and everything can be different depending on our bikes performance. We have to see how Valentino behaves on the new bike and if he can achieve winning races again…”.
But is Quartararo a priority?
“His talent is certainly very special and I want to hold onto him”
And Viñales?
“He is also very fast and still has big room to improve. And he is now understanding our bike, he is very fast and consistent”.
“Resolveremos la situación cuando llegue el momento”… “Tendremos que ver si Valentino es capaz de volver a ganar carreras” fueron las frases que me hicieron comprender que para Sumi, es decir, para Yamaha Japón, Rossi no tenía patente de corso como estaban repitiendo desde el equipo… Y por lo que se ha visto, no estaba yo muy desencaminado.




Ducati y Suzuki llaman a la puerta de Viñales
La toma de decisiones en Yamaha, ese ‘Resolveremos la situación cuando llegue el momento’, probablemente se precipitó como consecuencia de las ofertas que a Maverick Viñales le llegaron desde Suzuki y Ducati. En el box azul soñaban con tener de vuelta al español, mientras que en Borgo Panigale querían hacer suyo lo antes posible al que hoy por hoy es considerado la única alternativa a Marc Márquez.
Ducati le ofrecía a Viñales el status de piloto referencia y le garantizaba los recursos técnicos para poder pelear por el Campeonato del Mundo. El interés por parte de Gigi Dall’Igna era máximo, y así se lo hizo saber personalmente a Maverick. La oferta, los contratos, estuvieron listos por parte de Ducati en los primeros días de enero. Sólo hacía falta que Viñales estampara su firma.
A pesar de lo que afirma Maverick sobre ‘no querer saber de su futuro en ese momento’ en la entrevista que puedes leer en este mismo artículo, lo cierto es que estuvo tentado por la oferta de Ducati. Probablemente perdió alguna hora de sueño pensando en cómo se vería de rojo. Ser reconocido y valorado en Borgo Panigale mientras era ninguneado en su propio equipo a pesar de haber sido el único piloto en ganar allí en los dos últimos años le llevó a estar muy cerca de cerrar con Dall’Igna.
Mientras en Ducati esperaban ansiosos el sí de Maverick, éste intentaba saber de Yamaha qué planes tenían de cara a 2021/2022. Pero los intentos de tener una respuesta se estrellaron contra un ‘Cerrado por Vacaciones’. Sí, suena sorprendente, ¿verdad?, pero fue así. El equipo negociador de Viñales no podía salir de su asombro ante el desinterés que estaba mostrando Lin Jarvis ante la advertencia de que el plazo para decirle algo a Maverick se estaba agotando.
El ultimátum de Viñales
Así estaban las cosas cuando a mediados del pasado mes de enero Viñales decide cambiar su rol en su gestión de Yamaha. Ante la falta de noticias de Lin Jarvis decide hacer lo que debería haber hecho desde el primer momento: hablar directamente con los japoneses.
Y además, de pasar de ‘mendigar’ una respuesta, pasó a ‘plantar’ sus condiciones sobre la mesa. Y esas condiciones eran dos e irrenunciables. El mensaje que mandó desde su actual ciudad de residencia, Doha, fue muy claro: “Quiero ser piloto nº1 de Yamaha y quiero ser el piloto responsable de la evolución de la moto… Y quiero que estás dos cosas figuren bien claras en el contrato”.
En ese mismo mensaje se quejó a los japoneses de la indiferencia con que le estaban tratando y les dejaba claro que esas dos condiciones no eran negociables. Les instaba también a una respuesta en un plazo breve, ya que de no procederse firmaría con Ducati. Cansado de sentirse ninguneado, y con el respaldo de tener sobre la mesa el contrato de Ducati para ser firmado, Viñales le dio un ultimátum a Yamaha Japón… El detalle de ‘a quién’ es muy importante en el desenlace de esta historia.
Yamaha Japón toma el mando
La reacción de Yamaha Japón ante el mensaje enviado por Viñales no es que fuese rápida, fue inmediata… Y fue cien por cien positiva para el piloto español. En YMC, acrónimo de Yamaha Motor Company, no sólo aceptaron las condiciones exigidas por Maverick sino que le hicieron llegar su reconocimiento y su compromiso máximo para darle las herramientas necesarias para luchar por el Campeonato del Mundo. Viñales fue convocado a Japón donde se le haría ver lo importante que era para la compañía… El intermediario para hacerle llegar este mensaje fue Lin Jarvis.