Menos Marc y más virus

Cada información en este convulso mundo de MotoGP y en un año más revuelto, aún, tiene la vigencia del pescado fresco en una lonja: es para comer en el día. Si lo congelas ya es otra historia.
El regreso de Marc Márquez en la primera cita de Aragón parecía cantado, hace una semana. Y ahora sabemos que Bradl volverá a ser compañero de Álex en el Repsol Honda Team. Nuestro gozo en un pozo.
Las matemáticas se acabarán el próximo domingo: Marc pierde, definitivamente, todas las opciones al (¿devaluado?) título 2020. Eso es lo de menos en este momento: Márquez ya no es la “notica del día” de MotoGP.
Algo muy relevante es que, cada fin de semana que se retrasa la vuelta de Marc, se demuestra con más fuerza el error colectivo (con el piloto al frente) de su regreso acelerado en Jerez. Pero eso tampoco importa ahora, lamentablemente. El foco es otro: alumbremos ahí.
Queda una segunda cita en Motorland inmediatamente después de esta que viene ahora. Y después de un “falso descanso” (luego lo explico) en el puente de todos los santos, otras dos en Valencia. En España: este es el pescado del día.




De las cinco citas que le quedan a este inefable 2020 de MotoGP, cuatro se celebran en el país con los peores datos de coronavirus del… ¿Mundo, Europa? Lo que sea. Y con la gestión administrativa más discutida y discutible de la pandemia.
Le Mans demostró que el tiempo meteorológico iba a ser uno de los elementos determinantes de final de temporada. Pues ahora hay otras dos, por volver a España: se llaman COVID-19 y nuestra clase política nacional, sea del color que sea.
MotoGP ha demostrado con creces estar a la altura de las circunstancias. Pero ahora se enfrenta a las autoridades españolas y sus decisiones impredecibles. Decretos de “Estado de Alarma” y recursos judiciales incluidos.
El trabajo continuo de Dorna se hace especialmente duro, ahora. Porque el cariz de lo que está sucediendo en España pone en solfa que alguna de las cuatro citas que hay por delante puedan ser celebradas, o no.
Asegurado este próximo fin de semana (y el siguiente con un confinamiento como el de Jerez, en Motorland) queda en el aire el mes de noviembre. Los datos de la Comunidad Valenciana no son los peores de España ni mucho menos. Esta semana al menos. Ése es el problema.
Por eso me refería al “falso descanso” del domingo uno de noviembre: porque una semana (y no digamos quince días) pueden ser determinantes en las mareas que vienen (déjense de segunda ola) del virus y sus cómplices con sueldo público.




La noticia, hoy, es que Dorna (especialista en adelantarse a los problemas) trabaja a destajo y en silencio al más alto nivel institucional, para que MotoGP se quede al margen de las cuitas políticas en la gestión del virus en España.
Y lo hace de la mano de un aliado de excepción: la LFP. La idea es conseguir que los espectáculos deportivos de primer nivel, celebrados a puerta cerrada, no sufran cancelaciones. Y MotoGP debe permanecer en esta categoría sin paliativos.
Mientras tanto, vemos en Ucrania a nuestra selección nacional de fútbol jugando ante treinta mil espectadores y a la gente andando por Kiev sin mascarilla. España sigue siendo diferente…
Motorland llega con esta deprimente realidad: menos Marc y más virus. MotoGP prevalecerá, ése es mi dólar; pero porque Dorna no dejará de trabajar minuto a minuto para que ninguna coyuntura partidista le condicione lo que queda de calendario.
Mientras tanto, yo seguiré pensando en aquella frase de Flaubert: “de toda la política sólo entiendo una cosa; y es el motín”. No se fíen de él y menos de mí: Gustavo era un escritor romántico y yo solamente un balumbo sospechoso.