2020 – Yamaha: Buscando su identidad
La segunda fábrica sobre la que vamos a hablar no es otra que Yamaha. Un caso interesante, dado todo lo que ha tenido que atravesar desde que Jorge Lorenzo ganase su último título, allá por el ya lejano 2015. Tal y como comentábamos en el anterior artículo, el que hace referencia a la línea de desarrollo de Honda, el último año de la electrónica desarrollada por cada fábrica.

Desde entonces, la diferencia del rendimiento entre la marca de los tres diapasones respecto de sus rivales, se vio incrementada en contra de Yamaha. En 2016 vio a sus pilotos terminar 2º y 3º en el campeonato, y desde ese año hasta 2019 sólo han podido ser 3º para en 2019 aventajar en sólo 6 puntos a Suzuki, poniéndoles al borde de ser la 4ª fábrica de la parrilla.
Uno puede tener la sensación que Maverick Viñales consiguió la 3ª plaza “in extremis”, pero más por la irregularidad de Álex Rins sobre su Suzuki, o por la dimisión de facto de Danilo Petrucci. La mala noticia, a pesar de recuperar muchos puntos a esos dos pilotos, Maverick Viñales perdió hasta 22 puntos con respecto a un piloto más sólido, como es Andrea Dovizioso.
En las últimas 6 carreras de la temporada y con la Yamaha en manos de Fabio Quartararo, hasta en 4 ocasiones llegaron segundos tras Marc Márquez, y en una carrera Maverick Viñales se anotó la victoria además de caer a 3 curvas del final en Australia, yendo a rueda del de Honda. Lo que hace pensar que la moto está encontrando el rendimiento necesario para competir.




El problema de 2019 ha sido la solidez, ya que no siempre ha sido competitiva en todos los circuitos y, además, la Yamaha no siempre ha sido competitiva en las manos del mismo piloto. Esto señala dos puntos básicos, el primero es que la moto tiene la capacidad de ser rápida en la mayoría de pistas, pero el segundo punto nos habla de lo complicado del equilibrio en el set-up.
Se señaló primero como origen del problema al motor, demasiado agresivo entregando potencia, luego a la electrónica, especialmente porque Yamaha era la única fábrica que no contaba con ningún técnico ex Magneti Marelli. En 2020 ya no sucederá, ya que han fichado a Marco Frigerio de Ducati. Aunque no era ahí donde radicaba el origen de sus problemas.
Hemos visto en más de una ocasión cómo Yamaha pasaba de ser una moto rápida, a tener todos los problemas del mundo cuando cambiaba 3 ó 4 grados la temperatura de la pista. Además de los cambios técnicos y de trabajo por parte de Maverick Viñales, también el cambio de neumático, con una carcasa más dura, ayudó a mitigar esos altos y bajos de rendimiento.
El no saber interpretar los Michelin ha sido lo que ha distorsionado cualquier diagnóstico, algo que les ha costado varias temporadas con sólo unas pocas victorias parciales. Una vez aislado el auténtico origen de los problemas, parece que este invierno Yamaha está en condiciones de diseñar un prototipo competitivo.




En 2020 van a contar con un punto de partida que les va a facilitar el trabajo, y es que desde el proveedor único de neumáticos se va a poner en pista un neumático trasero más duro en su construcción, que le dará mayor durabilidad y será más constante a lo largo de la carrera. Eso resultará en un set-up de la moto estable, eliminando algunos puntos de incertidumbre.
Con estos mimbres, un mejor conocimiento de la electrónica, un motor que han conseguido dulcificar hasta conseguir la mejor primera parte de aceleración en la salida de curva, y saber que el foco del trabajo ha de ser el tratamiento del neumático, tienen todo en su mano para recuperar aquella identidad perdida de estabilidad en las frenadas y el paso por curva.
El objetivo de la fábrica de los diapasones, principalmente, es el de recuperar aquella tracción que llevó a Jorge Lorenzo a superar a Marc Márquez a la salida de la última curva de Mugello en 2016, aunque también deben mejorar su moto para permitir a sus pilotos tener argumentos con los que superar a sus rivales en las disputas cuerpo a cuerpo.
Puedes leer los artículos anteriores de esta serie:
Mirando el MotoGP de 2020, las necesidades técnicas para cada fábrica
2020 – Honda: La dificultad de qué camino tomar
Encontrar más potencia es imprescindible para optar al título de pilotos y de constructores, ya que ningún piloto Yamaha es capaz de mantener su ritmo por vuelta cuando tiene otra moto delante, ya que no puede sostener su velocidad de paso por curva y siendo, además, una moto más lenta tanto en velocidad punta, como alcanzando su mayor velocidad.
Es un trabajo enorme y que requiere de mucho acierto por parte de la fábrica de Iwata, en donde van a tener que saber escoger los desarrollos que fueron acertados desde 2016, pudiendo mantenerse fieles a la filosofía de evolución de la moto en lugar de hacer una revolución, pero que el resultado debe ser el de dar a sus pilotos una moto completamente nueva.
@LucioLopezGP