Las heridas de Ana Carrasco (y sus secuelas)

Quizá estemos dejando de lado uno de los mayores logros que Ana Carrasco (Cehegín, 1997) está consiguiendo en el motociclismo mundial, y es acerca sobre todo lo que significa el deporte en general y la pasión que arrastra este deporte en particular: superarse, seguir.
Por todos es conocido los hitos que Carrasco ha marcado en el deporte en general y en el motociclismo en particular, completando la estela marcada por otras corredoras a niveles que ninguna de aquellas pioneras pudiera soñar.
Pero en el deporte en general, y en el motociclismo en particular, Carrasco está dejando huella con la superación de una lesión que, a principios de 2021 no se sabía el alcance real hasta subirse a la moto y todo lo que ello conlleva, el negro o el gris claro, y el paso del tiempo nos ha dejado el mayor blanco posible.
En la presentación del BOÉ SKX con el que volverá a Moto3 en 2022, Carrasco nos confesó su lesión cervical le ha dejado secuelas que condicionan su entrenamiento físico y que han modificado sus rutinas de entrenamiento.
«Estoy bastante recuperada, de la lesión estoy al 100% pero sí que es cierto que tengo alguna que otra secuela que aún me quedan y en las que estamos trabajando para poder superarlas pero para competir y pilotar me encuentro fisicamente bien«.
Y aquí es dónde viene la anécdota, y es que Carrasco no se cortó un pelo a la hora de compartir la gravedad de su lesión, y cuando pudimos ver las radiografías nuestro amigo Rubén García (el que dijo que Marc Márquez tenía tocado el nervio del brazo y al final terminó reconociéndose a regañadientes) no se lo pensó dos veces en su primera impresión: «esta tía o es muy valiente o no vuelve a pilotar en su pxxx vida«. Saquen sus conclusiones con lo que nos contó Carrasco:
«Con la lesión perdí mucho peso, unos 6 ó 7 kilos, y me está costando recuperarlos. Aparte de esto he tenido que adaptar mucho el entrenamiento, por ejemplo, ahora no puedo salir con la bici de carretera, no puedo correr… hay muchas cosas que he tenido que ir adaptando a lo largo del año (2021) pero bueno, he encontrado mi forma de entrenar que me va bien, estoy fuerte y en mi mejor momento y la verdad, de cara a Moto3 casi que me va bien haber perdido ese peso«.




Una política de transparencia que Carrasco ya nos dejó clara en esta entrevista en 2021: «yo creo que está bien hacer que todo el mundo sepa y vea que cualquier deporte no es fácil, que éste es un deporte de riesgo, que por suerte o por desgracia todos tenemos que pasar por lesiones así y creo que está bien que la gente viva contigo este proceso, este intento por volver a ser competitivos otra vez».
Lo que no te mata te hace mas fuerte, así reza el tatuaje que Carrasco se ha hecho junto a su ya famosa cicatriz cervical. Y esta superación, este proceso por volver a ser competitivo y que la piloto comparte sin tapujos, mostrando el motociclismo tal cual, es de por sí un motivo (más) para mirar la carrera de Ana Carrasco desde otra perspectiva.