Mapping 75: en este microcosmos que es MotoGP (que por su endogamia merece ser diferenciado de otros microcosmos del motociclismo) se ha llegado a un punto en el que el alabado por muchos y temido por el arriba firmante #RoadToMotoGP niega a Moto3 yMoto2 ése valor añadido que es tener un piloto dominador. En una fuga de talentos continua como es la de Moto2 y no dígamos Moto3, esa categoría dónde haces un podio y tu manager te convence de que has crecido un palmo para cambiar de categoría, el favorito se viene eligiendo por orden de turno y en los últimos años parece preadjudicarse en los contratos firmados en la temporada anterior bien con los fichajes de Gresini, Leopard, VdS-Monlau o Ajo (los dos últimos han tenido el vínculo del título de Marc Márquez en 125) por un orden de turno de una previsibilidad pasmosa para encontrar que en teoría, por rapidez y plaza ocupada, los favoritos al título en 2020 podrían ser Raúl Fernández y Jaume Masiá dentro del Ajo y Leopard respectivamente, ambos con 19 años y con tan sólo una y dos temporadas completas, repletas de sinsabores, cambios y poquita-ninguna estabilidad dentro del Mundial al que llegaron para hacer eso que debían haber hecho en los nacionales: formarse en la adversidad para poder ganar en la prosperidad. Entre todo ese tumulto de glamour junior que tantas veces hemos señalado en nuestro podcast y que no se sabe muy bien hasta dónde apoya, beneficia o presiona innecesariamente a un piloto innecesariamente no formado en el mundial, hete que surge una figura de esas que ha picado y picado piedra dentro de este deporte y que nunca ha estado señalado por la varita de los medios, los patrocinadores ni las entrevistas (creo que por lo sistemáticas, pactadas) de otros pilotos que prometen y prometen resultados a la siguiente cita mientras encuentran explicación a todo, una figura que mientras no encuentraba explicación a nada simplemente calló y siguió trabajando para entrar en un equipo, para ganar, para lesionarse, para verse fuera del Mundial, para volver a ganar y tirarse literalmente temblando y al borde del llanto durante tres días por haber vuelto a ganar. Ése bagaje que tiene Albert Arenas es el que, junto con lo que parece una veloz KTM tras no sé cuántos años, podrían convertirle en la referencia tranquila y poco adrenalítica de una categoría en la que juniors sin experiencia se ven obligados a defenderse de una jauría de jóvenes sin experiencia al tiempo que les convencen que su sitio está en otra categoría. Ése bagaje que le permitió en Qatar demostrar que era el único piloto capaz de estirar y filtrar el pelotón de Moto3, que le permitió pensar encima de la moto, que le permitió demostrar haber aprendido y haber dado un salto de calidad con respecto al 2019. Porque me vais a permitir decir que en el resto de pilotos, salvo quizá Sergio Garcia y sorprendentemente Darryn Binder (quién no sólo no sacó a nadie de pista sino que lo sacaron a él), vi exactamente lo mismo que el año pasado pero con otros colores, pilotos en formación que lejos de ser una referencia en pista, la necesitan. Quién sabe si la experiencia vital conviertirá a Arenas en la referencia de 2020. Veremos. Mapping 16: una muestra de el efecto que tiene la continua y desmedida fuga de talentos en Moto3 y Moto2 es la necesidad de héroes. Y Joe Roberts lo tiene todo pero no para ser uno de esos héroes brillantes que tanto nos gustan tipo Iron Man, sino para ser un antihéroe de esos que nos gustan aún más tipo John McClane (ale, a tirar de Wikipedia) por lo terrenales y cercanos que nos parece. El bajista que corre en sus ratos libres (o el piloto que toca el bajo con su familia) ha dado un salto de calidad tan difícil de explicar que sólo hay una sencilla explicación: en 2020 se lo está tomando en serio. Y es que es difícil encontrar un piloto estadounidense que se lo tome con la profesionalización que este mundial requiere cuando en el MotoAmérica tienen más prestigio, reconocimiento y sueldo que en Moto2 con menos viajes y muchos menos calentamientos de cabeza si no ganas. Cuando John Kocinski volvió a Akansas tras ganar el título de 250 cc en 1990 poco menos que en su pueblo lo quisieron subir a la cosechadora para tener “un trabajo de verdad”, y no se me hace difícil creer que “lo de” Joe Roberts debe ser similar. Abandonar el chasis KTM debe haber ayudado, tener a Hopkins como coach no es más que un síntoma de profesionalizarse. Y la carrera de Losail una referencia de la que aprender dos cosas, la primera que ha aprendido es que es capaz de ser el más rápido, y la segunda, debe haber aprendido mucho a gestionar la carrera. Roberts no se desenganchó de la lucha en ningún momento y aquellos momentos en los que parecía quedarse o no poder atacar me parecieron más bien un exceso de mimo al neumático delantero. No hemos hecho más que empezar, pero este antihéroe es necesario para el Mundial, para Moto2, para el mercado americano y para dar ese brillo de barras y estrellas que, guste o no, reluce más que cualquier otro. Y aquí habría que pensar y recordar cuánto brillo dieron Edwards y Hayden dieron con motos diseñadas para no ganar y cúanto podría dar Roberts desde el podio de COTA, se celebre cuando se celebre. Mapping 16: decía Andrea Migno que en 2020 estaba obligado a obtener resultados de manera regular. Tras Losail, dónde no puntuó, aún más. No sé si es el caso, pero parece el ejemplo de lo que pasa cuando a un talentoso chaval de 16 años lo pones en el foco de atención. Lo que viene siendo Moto3, vamos. Mapping 55: una buena noticia, buceando en la clasificación de Moto3 buscando a Migno nos encontramos a Romano Fenati, también fuera de los puntos. Por derecho propio, Fenati se ha convertido en una referencia dentro del paddock y en particular para los pilotos más jóvenes. De sucesor de Rossi, de ganar carreras en mojado con un minuto de diferencia a verse hundido en la clasificación cada vez un poquito más en una tendencia que díficilmente hemos visto ni estamos viendo revertirse en otros casos: un año ganas, otro haces podios, otros luchas por el top 5 y otros te las ves para entrar a los puntos pero reclamando tu derecho divino a ganar. A día de hoy Fenati podría pasar como ejemplo a no seguir. Y me sorprende, mucho, que Biaggi confíe en él.
1st Round, Qatar, Moto2 2020 – Losail International Circuit (QAT)
Mapping 45: el enésimo milagro de Aki Ajo se llama Tetsuta Nagashima. Vamos a ver cómo se desarrolla el resto de carreras (las que se celebren y cuando se celebren) porque Losail siempre da sorpresas que cuesta ver reproducidas en el resto del Campeonato, pero remontar desde el 14 y ganar con diferencia es algo que lleva mucha planificación y requiere mucha experiencia por parte de los estrategas del equipo, el Ajo en este caso, amén del buen hacer del piloto. Algo que deberá verse rápidamente con Jorge Martín. Su manera de perderse entre el pelotón suena a degradación de gomas (cosa que no le pasó a su compañero Nagashima) o a problema físico. El piloto no ha querido desvelarlo y hay que respetarlo, básicamente porque no querrá dar muchas pistas sobre ello (al contrario que ha sucedido con Marini). A su favor todos los parones y retrasos que estamos teniendo, algo que como ha expuesto Dovizioso en su primer paño caliente del año aún sin competir, favorece a los que se están recuperando.
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2 comentarios en “Referencia: los Suggested Mappings del GP de Catar”
Con todo el cariño del mundo Manolo. Decir que Raúl Fernández no se ha curtido en las adversidades de un campeonato nacional… solo hay que ver su temporada 2017 en Mahindra. Precisamente esa adversidad durante ese año en el FIM CEV le sirvió para llegar a 2018 y demostrar que con una moto mínimamente decente podía ganar, como así hizo dándole el primer Mundial Junior para España. Creo que aún tiene mucho por aprender, y el cambio de equipo puede tener mucho beneficio en su rendimiento futuro. Ya sabes, en el motociclismo como en todo, la cabeza es muy importante. Un fuerte abrazo
Pues tienes razón, oye. Mal expresado por mi parte y gracias por la observación, no sólo por corregirme sino porque me está dando otro enfoque más completo al concepto que tenía/tengo en mente. Gracias aunque sea con un confinamiento de por medio.
Con todo el cariño del mundo Manolo. Decir que Raúl Fernández no se ha curtido en las adversidades de un campeonato nacional… solo hay que ver su temporada 2017 en Mahindra. Precisamente esa adversidad durante ese año en el FIM CEV le sirvió para llegar a 2018 y demostrar que con una moto mínimamente decente podía ganar, como así hizo dándole el primer Mundial Junior para España. Creo que aún tiene mucho por aprender, y el cambio de equipo puede tener mucho beneficio en su rendimiento futuro. Ya sabes, en el motociclismo como en todo, la cabeza es muy importante.
Un fuerte abrazo
Pues tienes razón, oye. Mal expresado por mi parte y gracias por la observación, no sólo por corregirme sino porque me está dando otro enfoque más completo al concepto que tenía/tengo en mente. Gracias aunque sea con un confinamiento de por medio.