Suggested Mapping 29: tenía que ser Iannone
Si les digo que la memoria es algo muy corto y selectivo no voy a sorprender a nadie, máxime en una sociedad cuyo funcionamiento y desarrollo parece basarse justo en la falta de memoria reciente, y en los asuntos lúdicos, en el divertimento aún más, y el universo MotoGP (motociclismo en general) no se escapa de este fundamento casi filosófico de nuestra era, que ha llegado a estar denominado como «efecto Google» (y no bromeo) sobre la falta de retentiva de sucesos recientes y/o determinantes: si fuera poco el tener toda la información a un «Alexa» de distancia permitiendo a nuestra mente relajarnos y no retener datos, imaginen cuando el algoritmo de esta muchacha decida qué información ofrecernos y cúal no según nuestro historial de visitas o de compras on line. Introducciones orwellianas aparte, el divertimento y lo que en él ocurre es fugaz no, lo siguiente, quizá por esto el ahora compañero Diego Lacave insista en que un GGPP dura cien años.
No digamos ya lo que puedan durar dos temporadas, o cinco.

Hace tres o cuatro mil años se vivió cierta polémica tras unas declaraciones de Cal Crutchlow en los primeros test de 2018 en los que reconocía que «las agujas existían», que «el control es una mierda, no hacen más controles antidoping por vagos» y poco menos que señaló a Petrucci tras haber perdido casi diez kilos en dos meses (que ha recuperado 8 siendo piloto oficial, todo sea dicho) usando diuréticos no permitidos. Tampoco es ninguna novedad, el doping es un tema más o menos recurrente en el motociclismo y del que se habla con una tibieza excesiva y en el que se pueden contar con los dedos de una mano los casos de los últimos años , a menos que yo recuerde, Angel Rodríguez y Anthony West por estupefacientes (y en un mundo con tanta gripe colombiana como dicen que sufre nuestro amado deporte parecen pocos casos) y muy recientemente, tan reciente que ya ni nos acordamos, Andrea Iannone por esteroides anabolizantes. Quizá ni nos acordemos porque las presentaciones de los equipos ya están aquí, porque ningún piloto de renombre glamouroso suena para sustituirle salvo aquella fantochada de Max Biaggi, aquel piloto cuyo glamour era excesivo para MotoGP y que tras verle la cara a la silla de ruedas hace unos años juró no volver a competir, fantochada ya desmentida en favor de Lorenzo Savadori, uno de esos pilotos que no generan rumores ni artículos ni clicks como una glamorosa fantochada. El universo de prensa que cubre MotoGP olvida pronto, y por desgracia, no tiene en cuenta lo que existe paralelamente a él (verbi gratia Savadori) si no va acompañado de glamour.




Un glamour que quizá le viniera demasiado grande a Andrea Iannone. El que ha sido uno de los mejores pilotos de Moto2 nunca vistos (y no, no creo estar exagerando) vio como su llegada a MotoGP y llegada al equipo oficial Ducati le vino muy muy grande a su capacidad de gestión del glamour. Macarradas por redes sociales aparte, los desprecios públicos a su compañero Dovizioso son algo que no se ha olvidado, y estar más pendiente del glamour que de la competición (recordemos cuando tuvo que abandonar los primeros test 2019 porque el casco le hacía daño en su muy reciente operación estética de nariz), junto con una reincidiente falta de resultados en aquellos circuitos que no son Phillip Island han hecho del que fuera aquel grandísimo piloto en Moto2 a una pieza que nadie echará de menos en MotoGP por mucho que Gresini y Rivola digan que en Aprilia notarán su ausencia.
Quizá estemos de acuerdo en que el doping en el motociclismo quizá no pueda resultar tan determinante como en un deporte como el ciclismo. Ciclismo del que «se dice se cuenta se rumorea» que afamados y glamourosos ciclistas se han visto forzados a abandonar el Tour repetidamente ante el chivatazo de la llegada de los vampiros.
Si esto pasara en el Tour, qué no podría pasar en un marco en el que la FIM parece estar a la espera de lo que Dorna, empresa privada, decide sobre sus campeonatos más emblemáticos, en un marco en los 139 folios de normativa anti doping de la FIM (139, en efecto) se traducen en que en 2020 no todos los pilotos de MotoGP han pasado control antidoping en MotoGP (Rabat y Shiaryn se libraron, el resto salen a 8 folios de normativa por cabeza) y el que más controles ha recibido ha sido Marc Márquez con dos (y eso después de la rajada de Crutchlow exigiendo más controles hace 5000 años) se me hace fácil pensar en lo conveniente que resulta que un piloto con su nombre y prestigio a la baja como Iannone haya sido al que le han encontrado anabolizantes, y no alguien con necesidad de correr infiltrado o alguien tan fibrado y definido al que se le puedan contar músculos que ni siquiera sabíamos que existían.
No sabremos si Andrea Iannone ha dado positivo por estar más pendiente del glamour que de lo que comía, pero qué conveniente ha sido para la imagen de MotoGP que haya sido justo Iannone el que ha dado positivo.
Joder creía qe sabía algo de motos pero acabo de alucinar, gracias