Circuito de Jerez: la gallina de los huevos
Me topo hoy con una publicación en Twitter que me lleva a la noticia escrita en el Diario de Jerez, que ha hecho que el mollete de Antequera se me haya cruzado de mala manera en el estómago: Mamen Sánchez, la políglota alcaldesa de Jerez, presenta en Madrid en un encuentro organizado por Executive Forum España, las oportunidades de negocio del Centro de Investigación, Desarrollo e Innovación del Motor de Jerez frente a inversores, empresas y organizadores del motor. Vista la historia del Circuito de Jerez, Cirjesa y la aristocracia política española, avalada por su honestidad y honradez, faltaría más, solo el encabezado de la noticia ha hecho que levantara la ceja más de lo que lo hago habitualmente. «Profe, ¿te pasa algo?», exclamaban mis alumnos durante el recreo al ver la ceja prominente, exaltada, aterrorizada, vibrante, mientras mis labios pronunciaban la frase «otra vez, va a pasar otra vez».
Resulta que Mamen Sánchez, espero que en un perfecto castellano…, ha estado hablando de los trabajos que se vienen haciendo para obtener fondos europeos que puedan «reactivar» Jerez. Son 3.000 millones que la UE aporta al Gobierno de España para todo lo relacionado con la industria de la movilidad eléctrica. Es una tajada grande, apetitosa, a la que ningún político que apenas tenga una oportunidad va a decir que no.
Este CIDiM es, según la señora Sánchez, un proyecto colaborativo, que «solo» necesita una inversión de 41,4 millones de euros, repartidos en un 60% de dinero que vienen de los fondos Next Generation (qué bonito…) y el 40% que resta sería dinero público-privado. El Circuito de Jerez Ángel Nieto es piedra angular en este proyecto pues según sus palabras, «es una infraestructura de primer nivel, que puede dar mucho más de sí, para lo que hemos previsto una amplia y profunda transformación, con un giro que nos permita optimizar una de las grandes fortalezas de Jerez». La idea es que mediante los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE, vaya nombrajo), el circuito sea un centro en el que empresas del sector puedan desarrollar sus propios proyectos de movilidad.
Una de las acciones que se pretenden llevar a cabo será, según palabras de Sánchez, «una envolvente del edificio que preserva la energía en el interior de éste y protege frente a las acciones climáticas exteriores, diseñada con materiales de última generación que favorecen el aislamiento térmico. Con un diseño que obtiene un aprovechamiento máximo de la luz solar en los elementos de fachada. Y con una cubierta que se vale de un sistema vegetal que creará una protección natural del edificio frente al flujo solar vertical en verano, a la vez que protegerá de las bajas temperaturas en invierno». Mi pregunta es, ¿quién le habrá escrito eso?
Además de todo esto, la alcaldesa promete el uso de dos renovables: la energía geotérmica y la fotovoltaica, incluyendo en esta última paneles fotovoltaicos situados en las pérgolas de los aparcamientos… ¿qué pérgolas?, ¿habéis visto alguna? Las irán a poner también, digo yo. Pero es que también promete un edificio energéticamente autónomo, capaz de generar biocombustibles y obtener agua de los residuos, tratando neumáticos usados, 10.000 toneladas al año, que darán biocombustibles, aceites de hidrocarbonos o hidrógeno verde. Impresionante…
Lo cierto es que la oportunidad para Jerez con el circuito se ha visto truncada sistemáticamente por una gestión espantosa, arrojando muy malas cifras a pesar del tirón del circuito y de los Grandes Premios. Las «grandes oportunidades», como los políticos llaman a acciones que comprometen mucho dinero público, suelen tener solo una dirección y no es precisamente una repercusión en la ciudad y en sus habitantes o sus empresas. Mientras tanto, lo cierto es que alrededor del circuito aparecen nuevas iniciativas que bien podrían comprometer su futuro.