MotoGP: Amputar Para Sobrevivir
Es impensable, incluso imprudente, pensar que todo vuelva a la normalidad tras esta situación excepcional que ha generado la pandemia del COVID-19. No me atrevo a decir como afirman con ligereza otras voces que nada será igual, pero creo que en caso de volver a lo que conocíamos como normalidad será un proceso que se alargará en el calendario.
En el momento de escribir este artículo sólo se ha disputado el Gran Premio de Qatar, para las categorías de Moto2 y Moto3, habiendo sido aplazadas oficialmente todas las citas hasta el Gran Premio de Cataluña. ADAC, organizador del Gran Premio de Alemania, ha pedido el aplazamiento de su prueba debido a la restricción impuesta por el gobierno de su país.
Pero no será el posible calendario de 2020 el objeto de reflexión, sino que intentaré hacer lo que un piloto al soltar frenos: mirar lejos para dirigirse a la trayectoria que el ingreso en curva le permite. Está claro que esta temporada está siendo como entrar colado, se va a tener que rectificar la trayectoria, sacrificando paso por curva y cambiando el punto de apertura del gas.
Primero es necesario dejar claro que el campeonato del mundo de motociclismo tiene tres almas, la competición, el espectáculo y el negocio. Esos tres elementos han de funcionar de manera coordinada y ninguno, sin los otros, podría conseguir que el motociclismo esté al nivel que a día de hoy ha llegado. Para perdurar el campeonato va a tener que mutar.
Lo único que no queda claro de la crisis económica que va a golpear al mundo entero es la duración que va a tener, los cálculos para el inicio de la normalización que se manejan son de a partir de 3 años. Esto es importante porque el apartado financiero va limitar la llegada y aportación de patrocinios. Dorna ha dado un paso adelante y ya inyecta dinero a los equipos.
A estos elementos de poco ingreso por publicidad y el gasto adicional para el organizador del mundial, habrá que sumar la reducción de carreras en las próximas temporadas. La mayoría de pruebas cuentan con el respaldo económico de los gobiernos regionales o nacionales, y dedicarán sus presupuestos a materias más importantes no pudiendo aportar su parte.
Con menos carreras a retransmitir se reducirán los derechos televisivos, la gallina de los huevos de oro, y el papel de Dorna como patrocinador se verá limitado. Así que lo hasta aquí expuesto cambia la dimensión de los movimientos que hay alrededor de los desarrollos, dimensiones de los equipos o propuestas de reducción de material.
Dorna ha consultado a los equipos cuál es el personal mínimo para llevar a cabo un fin de semana de carrera, dejando en casa hospitalities, personal de prensa y cualquier trabajador que no sea imprescindible para poner la moto en pista. También se ha congelado el desarrollo técnico hasta el final de 2021, totalmente en Moto2 y Moto3 y alguna actualización en MotoGP.
Esa reducción de costes se hace necesaria no sólo para la subsistencia de los equipos o para mantener la igualdad entre fabricantes con diferente grosor de carteras, también se hace en previsión de los pagos que se prevé que tendrán que hacer durante las próximas temporadas. Han tomado el único desgraciado camino que se puede tomar, amputar para sobrevivir.
Esta consulta no sólo puede tener el objetivo de tratar de disputar algunas carreras esta temporada, sino que puede ser algo parecido a lo que deportivamente se hizo con la introducción de la categoría CRT para llegar a la electrónica única y dar la posibilidad a las fábricas de nivelarse, podemos estar ante una permanente limitación de personal en los boxes.
Estas reducciones podrían ser las primeras, pero no las únicas ni las más drásticas. Considerando la inyección económica que se deberá hacer a los equipos de las categorías intermedia y pequeña, una posibilidad muy real será la de limitar el número de motos en parrilla, tal y como se hizo con MotoGP, obligando a desaparecer a algunos equipos.
Como decía, amputar para sobrevivir.
@LucioLopezGP
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