¿AntiMárquez who?

Andrea Dovizioso
FAlePhoto

Este Mundial es tan sumamente anómalo, extraño, atípico… uno no sabe muy bien qué decir y aún menos tras pararse a pensar en el pasado Gran Premio de Francia, salvo que no paro de acordarme de Joaquín Sabina porque sin quererlo,  describió a la perfección este campeonato 2020: un campeonato en el que a todos y cada uno de los participantes les sobran los motivos.

Motivos para no ganar.

Termina la cita de Francia con Andrea Dovizioso habiendo expuesto sus motivos, otra ve, para no ganar, termina la cita de Francia con las Yamaha enarbolando sus propios motivos y con toda la parrilla paralizada ante esa cosa llamada “lluvia”, otrora parte del espectáculo y oportunidad de pista revuelta para pescadores, ahora convertida en el motivo para no salir a pescar. Termina la cita de Francia y el caso es que a todos los que tienen algo que ganar en este 2020, a todos les sobraban los motivos para no atacar la victoria.

Llamenme romántico (llamadme Ismael….) pero en una edición en la que sobran los motivos para no atacar a lo laaaaaargo de las diez pruebas disputadas de MotoGP, el abajo firmante aún espera que alguien muestre un motivo para atacar, a ver si les suena de algo, estando por encima de las circunstancias y mecánicas, marcando la diferencia.

Éste es un Mundial en el que una de las frases más repetidas es que “el lado bueno es que hay más competitividad”, algo que definitivamente tras el Gran Premio de Francia le encuentro una lectura tácita e implicítia: que hay un lado malo del que nadie quiere hablar, y este lado es que esa competitividad es mentira, y me sobran los motivos para creerlo.

¿De verdad que Dovizioso puede estar contento de haber sacado puntos en un Gran Premio en el que tocaba morder, agarrar y no soltar? ¿De verdad, Andrea, que el lado bueno es que los demás no muestran consistencia? ¿Cuándo veremos, en 2020, un piloto que asuma la responsabilidad de atacar el Título sin más motivos que el ganar sin tener en cuenta la irregularidad ajena? Porque la respuesta, que hasta el momento parece Mir, es un poco triste teniendo en cuenta la pléyade de nombres y medios que forman la parrilla, con todo mi respeto a lo que está haciendo el de Suzuki.

Si nadie atacó en Francia, si a todos le sobraban los motivos para no atacar, ¿quién puede negar que este es un Mundial que no quiere ganar nadie? En serio, ¿cuándo llegará el momento de marcar esa diferencia sobre el resto que caracteriza a un Campeón?

¿Cuándo y quién tendrá motivos para arriesgar y atacar?

Pues me reitero, lo único que sabemos es que a todos les sobran los motivos para no atacar, para no estar por encima de las circunstancias, algo que queda muy lejos del soñado antiMárquez con el que sueñan todas las fábricas (puede que incluyendo a Honda), pero que en ausencia de Márquez, levanta aún más dudas de hasta qué punto la rivalidad que ha recibido Márquez en los últimos años es real, pues la visión del 2019, dónde Marc ganó 12 carreras y marcó una diferencia de 151 puntos con el segundo clasificado, se ve bastante diferente si ahora que no está, todos tienen un motivo por el que no arriesgar para ganar el Mundial.

Y como otra famosa canción que ahora no viene a cuento, esto “hay que decirlo más”. Que a las fábricas les llegue este mensaje desde la afición: exijan a sus pilotos motivos para ganar, no les pidan motivos por los que no han ganado, que ya sobran.

El abajo firmante.

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