Ahora que Valentino Rossi no le calentará la cabeza a Ezpeleta con los neumáticos…
Y si crees que el titular de este artículo es oportunista, simplemente apuntarle querido lector que es usted o demasiado joven (incluso para conducir un ciclomotor) o tiene esa memoria selectiva a corto plazo que está condicionando todos los aspectos de nuestra sociedad.
Y es que no hace tanto que el mismo Carmelo Ezpeleta justificaba la implementación de un único suministrador de neumáticos para MotoGP con un «estoy harto de que me calienten la cabeza con que si unos neumáticos son mejores que otros, así que todos con los mismos«. Y bien que funcionó el invento mientras MotoGP gozó de un suministrador comprometido y orgulloso de su producto en la figura de Bridgestone, y para muestra los tiempos que se marcaban con aquellos Bridgestone con las que ninguna moto se mostraba crítica y extrema en el tren delantero. ¿Os va sonando la pelicula?, pues sigo.
No es la primera vez que desde estas líneas clamo por un mayor estándar de calidad de los neumáticos, Michelin o Dunlop, MotoGP o Moto2, y por un mayor abanico de posibilidades disponible a los pilotos y marcas: no tiene ningún sentido intentar desarrollar una moto con un cáracter determinado si luego los nuemáticos no te dejan desarrollarlo. Y no lo digo yo, lo dice un tal Pecco Bagnaia. Luego que si los trenes delanteros críticos por otros lados. ¿Os va sonando la película?, sígamos pues.
Y cuidado, que no digo que ninguna marca esté favoreciendo intenciondamente a ciertas fábricas o pilotos, digo que Michelin o Dunlop favorecen a ciertas fábricas y pilotos con su pasividad y desprecio por un I+D a la altura. Y es que con la excusa del COVID19, con la excusa de que hace calor en la carretera (oh novedad, oh hándicap inesperado, oh excusa para ingenuos conformistas en medios especializados, ¡¡en verano hace calor!!) lo cierto es que Michelin está ahorrándose una pasta en fabricación y logística a MotoGP al tiempo que condicionando y adulterando la competición. Y parece no importarle a nadie.




No hace tanto que algo parecido pasó en Moto2 con Dunlop, que incluso se iban desgajando literalmente a trozos en carrera, alguien le exigió algo a los anglojaponeses y ahora tenemos unas gomas que permiten hacer vuelta rápida a final de carrera. Incluso se han dado cuenta que es mejor para todos traer especificaciones al gusto de los pilotos Boscoscuro. Lo mismo que está pasando en Superbikes, con especificaciones que permiten a Toprak o Redding llegar a final de carrera frescos con un resultado final espectacular y de los que hace afición en vez de perderla: competición estable. Hay que dejar, mejor dicho, hay que procurar que los pilotos y fábricas que pueden ganar que lo hagan en todos los circuitos sin rezar a los dioses locales por una temperatura adecuada a las gomas.
Competición estable, duelo entre pilotos a lo largo de la temporada, ese unicornio azul que a MotoGP se le ha perdido, se fueeeeeeee. Y no podemos aceptar la situación pero si debemos denunciarla, porque es lo que nos da derecho a que se nos llene la boca diciendo que somos periodistas. Intentar justificar con tangentes a la parabólica la actuación de Michelin en MotoGP es dar por buena una situación involutiva. Hay que normalizar la crítica y asumir que este espectáculo está cometiendo errores, y no justificar errores que son la base del desarrollo por el método «ensayo error», dogma de los ingenieros de competición que se aplica en todos y cada uno de los entrenos libres de cada Gran Premio.
Pero alguien en Dorna no lo ve así, y como sabéis, Michelin y Dorna han firmado la perpetuidad del monogoma hasta 2026. Ahora que Valentino no le calentará la cabeza a Ezpeleta con los neumáticos, se ha perdido la ocasión de volver a la competición, a la multimarca, a la evolución y a la filosofía de los fabricantes. Ahora que Ezpeleta está soltando las riendas y dando poder a los sucesores, éstos han decidido no innovar y renovar el único modelo que conocen y que está siendo cuestionado por su falsa igualdad deportiva y condicionamiento de la técnica, por parte de los fabricantes, y del pilotaje por parte de los pilotos.
Ahora que la igualdad técnica nos ha enseñado su peor cara en forma de inseguridad en la pista, se ha decidido reafirmarla desde la elite. Ahora que las excusas de relajación por la situación generada por el COVID parece escampar (lo que quizá haya permitido a Michelin haberse relajado de una forma tan inaceptable) se ha perdido la oportunidad de plantear un escenario que nos devuelva nuestro unicornio azul: la competencia entre varios suministradores, base de la competición que, aceptemos la realidad, está perdiendo aceptación en su afición, o directamente está perdiendo afición.
Y es que en Aragón se quedaron 5000 entradas sin vender de las 19000 que salieron a la venta. Con estas cifras, ¿seguimos justificando este espectáculo o criticamos y señalamos lo que creemos que falla?. Es lo mejor que podemos hacer si de verdad amamos este deporte llamado motociclismo y del que se empeña en alejarse MotoGP.
No soy religioso pero AMEEEEEEEEEEEEEEN!
No soy futbolero pero como decía Shuster NO HASE FALTA DISIR NADA MÁS!
Han conseguido hacer una competición insulsa, hay que decir que también me ha servido para descubrir más en el mundo de SBK para buscar lo que me ha faltado esta temporada en MotoGP. Un saludo