Valentino Rossi batió sus alas y habrá un tifón en Yamaha

Ahora que ha terminado la ridículamente maratoniana presentación del SIC Petronas Yamaha, tres días con sus tres noches (y es que hay que amortizar la imagen que poseen este año y copar las webs del mundo más allá de lo que MotoGP pueda ofrecer), ahora que ya nos han vendido como un gran triunfo la degradación de Rossi a un equipo satélite (con apoyo de fábrica y todo lo que nos quieran vender, pero un equipo satélite al que Rossi, para empezar a hablar, no ha podido llevar todo su staff de confianza), ahora que ya hemos calentado motores de cara a la temporada 2021 sería un buen momento para pensar en la situación que tiene Yamaha a día de hoy, con la temporada 2021 aún por decidir.
Yamaha Factory Team es un equipo hecho a imagen y semejanza de su mayor activo que no era otro que Valentino Rossi que se ha quedado sin su mayor activo (desde que ficharan a Quartararo, no desde ahora) y cuyo organigrama sin Rossi dentro del equipo oficial lleva tambaleándose desde, exactamente, el momento en el que alguien de Iwata decidió mirar al futuro en vez de a Valentino Rossi batiendo sus alas, esas deslumbrantes alas con las que la prensa empieza a vender la esperanza de que Rossi podrá luchar por el décimo en el mismo Campeonato que en 2020, la misma moto, los mismos neumáticos, los mismos rivales y los medios de un equipo satélite (al que no ha podido llevar todo su equipo), las mismas circunstancias con las que en 2020 promedió 11 puntos por carrera finalizada. Pero hablábamos de la reestructuración del Yamaha Factory post Rossi, perdón por haberme desviado.
Una reestructuración que está resultando bastante más lenta de lo que esperábamos (quizá la situación sanitaria actual no haya ayudado) y que, si uno tuviera que opinar, diría que resultó en situaciones tan ridículas como inactividad del equipo de pruebas del 2020, un equipo de pruebas que, al contrario que HRC o KTM, esperarán a estar todos juntos en Losail para empezar a hacer los deberes. Una reestructuración en la que debe primar lo deportivo sobre otras consideraciones pasadas (que no sé cuales eran, pero deportivas no y ahí están los resultados deportivos temporada tras temporada) y un box en el que vamos a ver la más feroz de las competencias que hayamos visto en años por ver quién manda en el gallinero de Yamaha, independientemente de quién tenga el liderato técnico, ya saben, eso a lo que los ingenieros japoneses suelen hacer poquito caso.




Y tras el batir de alas de Rossi, tras la pelea de gallos vendrá el tifón en Yamaha si le aplicas la chispa adecuada, chispa también llamada Franco Morbidelli.
(Eso sin contar a Marc Márquez, que en caso de volver en plan Marc Márquez vencería a los puntos cualquier pelea de gallos aún sin participar en ella).
¿Os imagináis qué ambiente puede haber en un equipo con una cúpula hecha para Rossi pero sin Rossi y con sus pilotos siendo superados por Morbidelli desde un equipo satélite?
¿Qué nos hace pensar que la situación pueda ser otra? Como ya hemos dicho es la misma moto, los mismos rivales, los mismos neumáticos y más presión para Viñales y Quartararo por la rivalidad natural que habrá entre ellos.
Una sucesión poco expeditiva que corre el riesgo de anquilosarse, y hablando de suceder a Rossi, recuerden (si tienen edad) cuando se marchó a Yamaha desde Honda y el papelón del equipo de fábrica buscando sucesor expréss, quizá no un lider en resultados, pero sí un líder de equipo.