Qué grandes vasallos si hubiese buen señor

Y es que este verso del Cantar de Mio Cid resume toda la sensación que te puede dejar el haber estado presente en las bambalinas de MotoGP en el momento adecuado.
Hay que dejar claro que el paddock está formado por una serie de personas y entidades (que van desde los equipos, personal de Dorna, prensa…) con una profesionalidad y respeto que dignifica a los allí presentes, todo un grupo humano al que esta web, como entidad, como grupo de amigos con un sueño o como queráis llamarnos, no tiene más que agradecer una y mil veces por todo el cuidado, atención y ayuda que han prestado a nuestro amigo y compañero Lucio en el asunto que todos bien conocéis, el accidente sufrido durante el Gran Premio de Portugal 2021. Un grupo de personas capaces de hacer posible la competición a base de horas y horas y trabajo y trabajo carente de glamour, de atención, de agradecimiento, buscando poder tocar el cielo en un domingo cualquiera.
Este grupo de personas, personal de equipos, de prensa y de la misma Dorna, saben en sus propias carnes y mentes lo duro que es mantener un proyecto y tienen muy claro qué necesitan para sacarlo adelante, para hacer posibles las carreras que Dorna promueve. Porque sin equipos no hay pilotos, sin equipos no hay carreras. Este grupo de personas sabe en sus propias carnes y mentes qué problemas existen para mantener los equipos en la elite del Motociclismo y, siendo capaces de hacer lo que hacen, siendo los que mejor conocen la problemática son los únicos que no son escuchados. Es más, lejos de ser escuchados, no digamos ya consultados, se les hace saber que se espera su comprensión para las decisiones tomadas por quien corresponda máxime cuando se sabe que es justo lo contrario de lo que piden y necesitan tal y como reza el lema del despotismo ilustrado «Tout pour le peuple, rien par le peuple» en una actitud igual de déspotica, igual de ilustrada e igual de divinizada por los protagonistas.
Y creedme, ése es el sentimiento que reina entre la mayoría de las nobles personas que habitan en el paddock, reconvertidos a unos grandes vasallos en búsqueda de un señor que les escuche. Nada que ver con las políticas de Dorna cuando llegaron a las motos. Lo que un día se salvó logrando difusión, ahora se subasta a la baja pretendiendo que la falta de difusión les provea difusión. ¿Suena contradictorio? No, suena a lo que está pasando.
Carlos Ezpeleta, Director Deportivo de Dorna Sports, S.L., es quizá la figura que será más visible en los próximos tiempos de este señorío ilustrado, en proceso de sucesión, que gobierna para el pueblo pero sin el pueblo. La naturaleza unilateral de sus decisiones no sólo no se esconde, sino que exaspera a los picapedreros del paddock que pelean por sí mismos o en nombre de alguien por sacar adelante un proyecto que forme parte de ese show llamado «carreras de motos». Las Sprint Races, el Rider Fan Show, los nuevos horarios, el número de Grandes Premios y la forma en la que se gestiona la visibilidad de los equipos pasan por sus manos junto con las de la más alta cúpula de Dorna (en la que cada vez el apellido Ezpeleta es más frecuente, al igual que los ilustrados gobernantes del Siglo XVIII) mientras que no se despeina para decir que no ha contado con los equipos, Team Managers, pilotos, jefes de prensa o comunicación para poner patas arriba el concepto de Gran Premio al tiempo que espera la comprensión de los interesados, interesados que puedo decir que conocían estas decisiones al mismo tiempo que la prensa, es decir, incluso después que los lectores de motogp.com.
Pensemos en la escala de valor, voz y voto qué deja a cada uno en este jerarquía ilustrada y comprenderéis que se le ha preguntado más a la afición que al grupo humano que sufre y lucha contra la crisis de audiencia. Si desde el sofá de tu TV alguna vez has creído que existe cierta desconexión entre la realidad y los que toman las decisiones en MotoGP, desde muchas banquetas del paddock se cree constantemente.
Y habrá quien piense y defienda, alguno periodista que tomará su propia vela en el entierro de este artículo sin que nadie lo haya llamado, que Dorna paga a los equipos de MotoGP para ello. De acuerdo, el problema viene en los equipos de Moto2 y Moto3, categorías de apoyo a las que se les ha privado de su identidad y prestigio propio al que el dinero de los derechos de imagen llega en una mínima parte, y cuya imagen se desprecia y anula desde la misma organización: lean lo que nuestra compañera Yolanda Carrión cuenta de la despedida de John McPhee, despedida a la que no se le brindó por parte del dueño de la señal ni un minuto de emisión, y éste es un ejemplo ridículo del desdén al paddock y lo que ocurre en él. Lo que no os dirá ese periodista es que ninguno de los calificativos utilizados en este artículo son literalmente copiados, e incluso suavizados, de lo oído, comentado y sentido en el paddock.
La gestión que Dorna propone a una declarada, pública, visible y notoria crisis de audiencias no sólo ahonda en los errores que han llevado a esta crisis, sino que se reafirma con orgullo en ellos mientras que ya hay equipos que no podrán mantenerse en el Mundial y los que siguen lo harán a pesar de no ser escuchados: «no tenemos visibilidad, no podemos conseguir patrocinadores». La solución que Carlos Ezpeleta presentó en Aragón, sin formato definido, sin contar con nadie, publicándola en motogp.com antes de que terminara la propia rueda de prensa anunciada con apenas un par de horas de antelación, no promueve la visibilidad de los equipos más necesitados, los de Moto2 y Moto3, sino que vuelve a desplazar una vez más toda la visibilidad a una categoría de MotoGP a la que se le incrementan los costes y empeoran las condiciones (más Grandes Premios, más carreras, menos entrenos, más estrés, menos posibilidad de hacer el trabajo bien) a costa del tiempo y visibilidad de las rebautizadas «categorías de apoyo», a las que no se les darán más minutos de televisión, no se les dará espacio en abierto que ofrecer a sus patrocinadores sino que se les quitará, pero sí se le incrementarán los costos esperando su comprensión. Demasiado bien salen los Mundiales.
Creánme, qué gran espectáculo si se defendiera, qué grandes vasallos si tuviesen buen señor… O si los intereses del señor fueran los mismos que los del espectáculo.
Recuerdo los tiempos de las categorías de 50 CC, 80cc, 125cc, 250cc, 500cc, en que cada carrera y cada categoría tenía entidad propia. Los patrocinadores llegaban, los pilotos tenían alma, los equipos tenían ganas…Eran otros tiempos más románticos…