En MotoGP están a por uvas: las Notas del #ItalianGP
Después de ausencia forzada por compromisos personales. volvamos al lío señores.
Sobresaliente: La actuación de Sergio García (Valresa GasGas Aspar) en 2022 está siendo de libro y a la altura de lo esperado, como el contendiente al título que fue en 2021, está atacándolo con una mezcla sabia y efectiva de agresividad, rapidez, buen hacer y precaución. Pero es que en el Gran Premio de Italia se salió. Si es cierto que acometió la recta de meta contando con que su compañero Izan Guevara le pasaría y sería sancionado, no se puede decir mucho más sobre el estado de gracia en el que se encuentra el piloto. Encima, en un Gran Premio en el que el teórico otro gran contendiente Dennis Foggia falló (o pisó un tear off, que los carga el diablo…) podríamos aludir a la suerte del Campeón, pero hay que ir más allá: 5 podios en 8 carreras, con un cero por error ajeno son los que dan 28 puntos de ventaja, no los tears off. Ventaja sobre su compañero Izan Guevara por cierto, con cifras muy similares a las de García y mucho descaro sobre la moto.
Y Dejémonos de monsergas, probablemente estamos ante la temporada con más nivel de las últimas 4 ó 5 de Moto3, y esto está permitiendo que los pilotos buenos y rápidos destaquen sin estar pendientes a si los van a tirar o no. Y eso se nota, ¿verdad Jaume?.




Bueno, y Pedro Acosta por otro lado. Por fin ha podio quitarse el sambenito de tener que ganar sí o sí en Moto2. A ver el sambenito que le viene ahora, aunque de esto hablaremos próximamente.
Notable: Este mundo, como hemos dicho, depende mucho de los nombres y de los héroes del momento así como de los pilotos bendecidos por la prensa o no. Quizá Alonso López sea del grupo de los que no, pero joder con su regreso al Mundial después de una salida de esas que dan tanto morbo en los artículos y titulares y después de un fiasco en el equipo de Biaggi, que de momento ofrece más nombre que garantías. Por cierto, debut en Moto2. Es un rookie junto con lo de Acosta. Quitémonos el sombrero y empecemos a hablar más de él, porque lleva una Speed Up y en Italia se metió octavo, y estamos todos mirando a las uvas cual zorra.




Bien: Si llamamos a las cosas por su nombre, Pecco Bagnaia (Ducati Lenovo) hizo lo que tenía que hacer, que es ganar en casa. Y no me refiero a Italia, me refiero a Mugello que es el circuito sede de Ducati. Es el único piloto que goza con la plena confianza de Ducati por contrato, lleva la moto que él mismo ha elegido y en un circuito en el que Pirro (no puede haber mejor piloto probador para una MotoGP que un piloto tan entregado como Pirro) se ha hinchado a dar vueltas buscando soluciones a la GP22. ¿Hay que dar la victoria de Bagnaia como algo extraordinario? La verdad, bastante más extraordinario me parece el papel de Aleix Espargaró (Aprilia Racing) en su particular suma y sigue que está a la altura del actual Campeón del Mundo Fabio Quartararo (Monster Energy Yamaha), que brilló por encima de las supuestas posibilidades de la Yamaha como cada vez que llega a un circuito del gusto del francés. Por cierto, qué buena carrera de Augusto Fernández (Red Bull KTM Ajo) en Moto2, así como de Aron Canet (Flexbox HP40) o, cuidado que voy, el retirado Mattia Passini, wild card en el GASGAS Aspar. Que sí, que sólo sumo un punto cuando se vino abajo a final de carrera, que lo que cuenta es el resultado final, pero la verdad, creo que todos vimos a un piloto retirado, con problemas físicos para frenar con el trasero y todo lo que conlleva que, de buenas a primeras, era más rápido que el 80% de la parrilla de Moto2, incluyendo al resto del GASGAS Aspar.
De esas cosas que merecen un briefing interno de esos que nunca suceden y en el que los Team Managers no hablan con los pilotos (guiño guiño).
Aprobado: La profesionalidad de Marc Márquez (Repsol Honda) saliendo a pista el domingo, cuando tenía el beneplácito de Honda para volverse y con todo lo que ya ha demostrado en la pista no es para aprobado, pero lo pongo aquí porque quiero entroncar con los suspensos. Y ya no es que saliera a pista, es que a medio gas, con la mente en otro sitio y con el brazo como lo tiene (que no lo sabemos exactamente) estaba al nivel de un espoleado Takaaki Nakagami en modo contrato. Por delante de Miller, de su hermano (en plenitud física), de Viñales o de Jorge Martín y la Ducati GP22.
¿De esas cosas que piden un briefing o sencillamente decide los contratos que no se han firmado?
Suspenso: Están todos a por uvas. Sólo hay tres pilotos oficiales que están dando la cara en 2022, y uno de ellos, el ganador en Italia Bagnaia. Quartararo y Espargaró son los únicos pilotos que están siendo capaces de defender los avances técnicos de las distintas fábricas, los únicos. Si quitamos lo de Marc y su brazo, nadie en Honda está a la altura, que Franco Morbidelli sea oficial Yamaha suena a chiste, Jack Miller probablemente esté cansado de jugársela por quienes lo ficharon para echarlo (esa extraña politíca de fichajes a Ducati que nunca le ha funcionado pero ahí sigue exprimiendo), ni las KTM ni sus pilotos están a la altura de 2021 y en Ducati además ven cómo las motos antiguas con pilotos poco experimentados o menos agresivos copan la primera línea del circuito de casa, dónde el modelo 2022 tiene toda la información. Y de Suzuki ni hablamos, pero llevan cuatro ceros de los últimos cuatro posibles con Joan Mir aceptando públicamente que la situación del equipo influye en resultados.
Y si queréis vendemos igualdad, espectáculo y todo lo que sea políticamente correcto, pero yo no disfruto de una carrera de motos en la que los pilotos que llevan los mejores prototipos hechos con soluciones a medida se ven absolutamente sobrepasados, cuando no pisoteados, por pilotos con equipos en menos medios, con menos experiencia y menos palmarés incluyendo los resultados desde que competían por la copa Danone. Y no, lo de la presión del neumático delantero se soluciona yendo más rápido en entrenos que ya sabemos lo que hay. Así que por favor, dejemos de llamar igualdad a un trabajo que no se está haciendo y con el que las fábricas y equipos oficiales díficilmente estarán contentos.