Pedro Acosta y el valor de Moto2


Resulte irritante que aún sin haber empezado la temporada 2022 de Moto2 el mayor interés informativo esté en si Pedro Acosta (Red Bull KTM Ajo aún, no se engañen) estará en MotoGP en 2023. No si gana, si lo hace mejor o peor, no en qué hace que vaya tan bien de un principio en Moto2 o, sencillamente, en el resto de la parrilla, eso no le importa a nadie, y os voy a decir una verdad como una Catedral: es mentira, sí que importa.
Será muy sencillo. Imaginaos que Acosta gana en Qatar la primera carrera del año. Todos los titulares y periodistas acudiremos a él como moscas a la miel. Imaginaos que se cae o no sube al podio, que hace gala de alguna falta de experiencia de las que vimos en Moto3 el pasado año (bastante menos muestras que de su buen hacer, dicho sea). Todos los periodistas se convertirán en analistas deportivos, sicólogos, managers e incluso hasta mostrarán preocupación por la presión que pueda estar recibiendo el piloto. ¿A que ahora sí importa?
Y eso cuando no estén ya escritos los artículos correspondientes, uno para cada caso.
¿Por qué se habla tanto de si Acosta estará en MotoGP o no, en qué equipo y en lugar de quien? Porque es lo fácil de ofrecer y lo que a los medios nos devuelve (empiezo a incluirme) un mayor ratio entre clicks recibidos y esfuerzo invertido. A partir de ahí, no es que no importe lo que tenga que pasar este año, es que el público al que se quiere llegar va más allá de los aficionados al motociclismo y es más facilón una vez conectas con él.
Y debemos entonar todos un poquito el «mea culpa» cuando Moto2 se ha convertido en una categoría de paso y cuanto más rápido, mejor. Una categoría que nos empeñamos en que no despierte interés por sí misma cuando, quizá, con un poquito de cariño, podría interesar y mucho.
Y Acosta nos va a regalar este año una oportunidad de oro para mimar esta categoría, para poner un poquito de foco en ella por el duelo que podremos ver, a priori, con Aron Canet (Flexbox HP 40), un talento desmedido y un enfant terrible capaz de caerle a la cámara tan bien como Acosta (o más) y con un carisma e imagen desconocidos en este deporte que, si explota como se espera en la Kalex de Sito, puede darnos uno de los duelos más descarnados y divertidos en muchos años.
Acosta nos va a regalar, si hace lo que promete o se espera, la necesidad de estar muy delante de su compañero Augusto Fernández (Red Bull KTM Ajo), que vaya papelón le puede tocar este año. Y otro que viene por nota, Fermín Aldeguer (Speed Up), que con una inesperada ayuda de Dunlop y las nuevas especificaciones viene a dar color técnico a una categoría que lo necesita, y es que de no ser por Speed Up y MV Agusta, estaríamos hablando, literalmente, de una Copa Mundial y no de un Campeonato del Mundo. Ojalá que este Dunlop más universal venda más chasis Speed Up para 2023. No olvidemos a Lowes, Arenas, Ogura (ojo con el japonés)…
Los mimbres están. Quizá debamos hacer un poquito por ella además de buscar clicks. Es más, deberíamos aprovechar estos clicks para sacar todos estos aspectos olvidados en Moto2 de cara al público, que vienen siendo, básicamente, lo que es la competición y todos sus matices. La categoría no pasa su mejor momento técnico ni de prestigio, despierta el interés que despierta, nadie parece importarle ser Campeón o no en ella, pero si tampoco ofrecemos lo que pueda despertar interés en ella (y aquí ya meto directamente la gestión y difusión de la misma motogp.com, por ejemplo), nadie podrá tener la oportunidad de acercarse a estos matices.
Es tan sencillo como contar lo mucho que va a pasar en pista, o que ya ha pasado, en vez de especular con MotoGP en artículos que alimenten el onanismo mental del mismo autor pensando en los clicks o en su capacidad de atraer las moscas a un néctar sacado de una flor que aún no ha nacido.
Y si ha nacido, no será nada que no pasara en su día con Lorenzo, Pedrosa o el mismo Marc Márquez y bien que se aprovechó la expectación de sus actuaciones en 250/Moto2
Si somos y queremos ofrecer la etiqueta de medio especializado y Campeonato, hay que aprovechar que en 2022 tenemos una estrella ya nacida dispuesto a todo y una pléyade de personalidades que, precisamente por su personalidad, no van a conformarse con ser el mejor del resto cómo ya pasara en MotoGP durante 2019.
Pero ésa es otra historia.