Protagonistas erróneos: los Mappings del Gran Premio de Styria
Probemos algo nuevo.

Demasiado poco protagonismo, o protagonismo equivocado, el que ha recibido Joan Mir y su equipazo y gran moto Suzuki tras el Gran Premio de Estiria, muy tristemente caracterizado por no conceder ni el protagonismo que merece la primera victoria en la categoría reina de cualquier piloto como ha sido la de Miguel Oliveira. De nuevo una carrera condicionada por los accidentes (condicionados a su vez por las exigencias de la pista) y por toda la parafernalia que están surgiendo alrededor de los accidentes en los que el foco se está poniendo en la responsabilidad de los pilotos y, por desgracia, por el papel preponderante que ha adquirido Dirección de Carrera en el ciclo austríaco y en el que se ha perdido totalmente el norte en el tiempo que una MotoGP tarda en llegar desde la curva 2 a la 3 del Red Bull Ring, pero esa es otra historia.
Nuestro amigo Lucio lo tiene claro: la Sussie es la mejor moto de la parrilla, y tras lo visto en Austria, no es un cohete al nivel de KTM o Ducati pero tampoco es la cenicienta de motor en la que se ha convertido Yamaha. Y si hace un tiempo escribí que Alex Rins tenía la posibilidad de convertirse en un símbolo si ganaba regularmente con la Suzuki, parece que tendrá que compartir ese honor con Mir que, se ponga como se ponga Rins, va a terminar ganando más temprano que tarde. Será una batalla interesante dentro del box azul, quizá de lo más interesante y productivo de lo que queda de año, aunque Marc Márquez estuviera en pista.
Como interesante parece la batalla en KTM por ver quién tiene el honor de ser el mejor piloto naranja el año de su explosión. Mucho se infravaloró los tiempos y ritmos de Brad Binder en las primeras citas, pero a la postre puede que el surafricano sea el que haya levantado todas las alarmas en Oliveira y Pol Espargaró para mejorar su pilotaje, especialmente en Pol, que en Austria 2 demostró un pilotaje mucho más preciso, redondeado (en lo que permite la pista) y aprovechando más lo que los Michelin le ofrecía que la agresiva V stop&go que tantos quebraderos de cabeza le ha traído con las puertas que dejaba abiertas en otras carreras. Hay que tener en cuenta esa adaptación que ha tenido Pol, ver si es capaz de llevarla a circuito de «primeras» y esperar la ansiada victoria. Pero celebrar que KTM pierda sus concesiones el año que te vas a otra marca igual no es la mejor broma que se pueda gastar en una rueda de prensa y quien sabe si nos enseña la no jerarquía que parece reinar entre las KTM en pista. Ahora, lo de flor de un día y que si Pedrosa estuvo entrenando aquí no debería colar: la KTM es un tiro, Iker Lecuona completó un pleno de KTM’s en el top ten y me repito, gracias a seguir su propio camino, tanto en suspensiones como en electrónica, algo que uno aprende formando parte de MotoRaceNation. Bueno, su propio camino salvo en Moto2, claro, donde han tomado el camino del chasis Kalex que le está facilitando (y tanto) la vida a los pilotos y equipos que equipaban los chasis de acero austríacos, y si no que se lo digan a Jorge Martín, por fín metido de lleno en la lucha por el título merced a un ritmo endiablado en ambas carreras de Austria aunque en la segunda, las 9 últimas vueltas en las que demuestra cierta fatiga de neumáticos (mucho menor que en otras ocasiones) nos dieron la mayor emoción que ha vivido Moto2 al punto decidirse una carrera en la última vuelta.
¡Albricias! ¡Emoción en Moto2 por la victoria! Bueno, desde luego esta es la emoción que queremos, no la que Dirección de Carrera ha dado. Tan rigurosa la sanción a Martín como la no sanción a Bezzecchi en una acción que no cambiaba absolutamente nada para nadie. Y es que el Red Bull Ring le ha dado alas a Dirección de Carrera a nivel «nen de Castefa». Ojalá Martín solucione sus últimas vueltas (del todo), ojalá Bastianini vuelva a ganar, ojala Bezzecchi de emoción, ojalá la ligera mejoría de Xavi Vierge y Augusto Fernández se complete al nivel de 2019, ojalá el tuerto que ha mirado a Jorge Navarro se tome vacaciones, ojalá que Remy Gadner deje de hacer el Guadiana y ojalá que el tipo que se ha estado haciendo pasar por Sam Lowes regrese pero por favor, no dejéis que Luca Marini siga líder con una especulación tan soporifera, anti adelantamiento y conservadora del resultado como la que está haciendo todo este 2020.




La guinda de KTM la está poniendo Moto3. Celestino Vietti se resarció de su podium «lo verás pero no lo tocarás by Dirección de Carrera» (hemos de decir que justamente en Austria 1) con una victoria casi inapelable. Honda le planta cara a KTM en la general en las manos de un McPhee con demasiados incidentes de carrera y sobre todo del japonés Ai Ogura (qué bueno es este tío, en serio), pero las carreras, quitando a Suzuki en Jerez 2, las están ganando las KTM y Albert Arenas coronó en Moto3 como ese líder que el día malo saca petróleo de dónde no hay. Arenas apretó el culo, se olvidó del título, rascó un quinto puesto delante de rabiosos lobos hambrientos de puntos (me dejo llevar, me dejo llevar…) en una lucha tan descarnada y rápida que bien les podría haber llevado hasta el podio de una carrera muy rápida… y en la que Arenas fue casi el mejor de los que no pisaron el podio, de estos el mejor fue el poleman, Gabriel Rodrigo, que no falló y volvió a quedarse en las puertas del podium el día que anunciaba victoria.
Rodrigo llevaba, en el circuito más veloz, un mísil que no permitía coger el rebufo a los que le seguían, tenía ritmo en solitario y en carrera se mostró muy rápido pero incapaz de gestionar su más que clara ventaja. Me parece muy bien que su moto corra un huevo, alguien la pagará, pero por favor, dejen de vendernos a Rodrigo como un piloto ganador porque medios, tiempo y paciencia desde el equipo le sobran, cosa que parece no tiene Alonso López en el Max Racing. ¿Qué haría López con esa moto, medios y paciencia? ¿o Arbolino? Pues eso, no critico al piloto, no critico que se nos niegue oir lo que vemos, critico que nos cuenten justo lo contrario.




Y en el lado contrario de KTM, quien lo diría, Honda y Yamaha (Ducati no sé muy bien a qué juega ni con quien, será con Jack Miller, será con Miller claro que no sufre en silencio los problemas de Andrea Dovizioso…). Llama la atención cómo Takaaki Nakagami mejora sus resultados cuando recibe cierto cariño de la marca en ausencia de Marc, pero es lo que hay, el japonés es punta de lanza de la marca (con Crutchlow desaparecido) y con un debutante Alex Márquez al que se le rebajan los objetivos a las expectativas que va presentando dentro del equipo para que lo manden a otro por un Polyccio que deberá mostrar, y mucho, esa adaptación a las circunstancias que he observado en Austria 2.
Alex Márquez es un piloto rápido, es doble Campeón del Mundo pero nunca se ha caracterizado por la explosividad de adaptación de otros pilotos, no ya su hermano, sino la de Rins, Mir o Viñales, y la verdad, no es la mejor manera de llegar a MotoGP, la de no adaptarse, es una película que ya hemos visto muchas veces. Independientemente de su futuro deportivo (asegurado…)
Un Maverick Viñales que abandera el desastre Yamaha. Se está poniendo el foco mucho en su decisión de montar el mismo tipo de freno que en Austria 1, dónde milagrosamente a nadie le explotó ese mismo tipo de freno delantero en esa misma pista. Que Mir montara esos mismos frenos sin problemas y que Quartararo no los montaran en sus Yamaha y tuvieran problemas de frenado es un hecho que parece alejar su caída de la responsabilidad propia y cada vez me lleva más a un error humano o una pieza defectuosa. Sobre la responsabilidad del piloto durante su carrera, me alinearé en la misa línea que lo hice con (allez) Johann Zarco en Austria 1, y es la dificultad de decidir desde fuera cuánto riesgo ha de admitir un piloto al que le pedimos que arriesgue para ganar.




No me entra en la cabeza que Viñales estuviera en pista con una moto que no frenaba, sí con una que frenaba algo menos del límite necesario para ir en cabeza. Luego que sí el freno explotó es otro tema, y si tanto como Fabio Quartararo como Viñales no supieron adaptarse para nadar y guardar la ropa, como lo hizo Valentino Rossi es otra, no digamos ya el caso del francés que cura sus heridas en salud responsabilizando a la marca en caso de no ganar el Campeonato.
Yamaha necesita una determinación ya. Si Marc ha decidido (ha tenido que decidir) no regresar, quizá en Yamaha deban decidir si abren los motores (y es que la falta de potencia pueda tener mucho que ver con la fatiga de sus frenos), arreglan lo que tengan que arreglar y cumplir la penalización correspondiente para, al menos, mostrarse competitivos, limpiar su imagen y a las peores, llegar a 2021 preparados de verdad. O seguir estirando el chicle a ver hasta dónde llega.
No olviden cuidarse, vitaminarse ni mineralizarse. Nos oímos en el podcast y nos leemos pronto.