La positiva ausencia de Marc en Honda

Voy a ser claro, la Honda de Alex Márquez entraba en curva mejor que las motos que mejor entran en curva, léase las Suzuki y las Yamaha. Alex Márquez dejó una demostración de pilotaje sobre raíles en el Gran Premio de Aragón que, seamos sinceros, no veíamos en una Honda de MotoGP desde el debut de Pedrosa, o por ahí, y seamos claros, Alex Márquez nunca ha sido uno de esos pilotos que nos haya dejado boquiabiertos por su explosiva capacidad de adaptación o por mejorar sus resultados de un Gran Premio espectacularmente: del top 8 pasaba regularmente al top 5, de ahí al podio y del podio a las victorias cuando, en sus propias palabras a Lucio, los Dunlop le dejaban, así que sin quitarle mérito, creo que todos estamos de acuerdo en que Alex no tiene el genio ni la explosividad del rebautizado como hermano de Alex.
¿He dicho algún disparate hasta el momento? Vale, pues independientemente de cúal haya sido, respetado lector, su respuesta mental el abajo firmante se dispone a proseguir juntando letras.
Voy a tirar de tópicos, Honda es un gigante de lentos pero efectivos movimientos. Como con la llegada del motor Big Bang, como con la aparición de aquel genial V5, como con la aparición del seamless que todos copiaron (con el paso de los meses e incluso años) y que bien agradeciera Stoner tras su paso por el diseño inamovible de un Ducati Corse del que hablaremos en otro momento. Honda es una marca resultadista, sólo importan tres cosas: las 8 Horas de Suzuka, ganar en MotoGP y que las motos no se rompan en presencia de cámaras filmando, y esto era algo que con Marc Márquez conseguían con facilidad en MotoGP, aunque la moto fuera un hierro tan inconducible que acabó con la carrera de Dani Pedrosa, Jorge Lorenzo y gran parte de los huesos de Cal Crutchlow, pero como ocurriera con aquella maldición para Ducati llamada Casey Stoner, los triunfos llegaban de la mano de Marc, nada que discutir.
Quién sabe si, como Doohan en su día, Marc Márquez ha preferido un tipo de moto que le haga la vida imposible a sus compañeros de box para eliminar rivales en la lucha por el título sabedor, como Doohan, de su superioridad en pista.
¿He dicho algún disparate, o algún disparate más hasta el momento? Tranquilos, que aún hay más.
Voy a tirar de calendario, por si no se habían enterado, Marc Márquez lleva sin subirse a la moto de los entrenos del Gran Premio de Andalucia tras la lesión que sufrió durante el Gran Premio de España, y como resultado para Honda, se quedaron sin su gran baluarte que les garantizaba resultados, por muy puta que fuera la moto, por muy crítico que fuera el tren delantero y por muy agresivo que fuera el freno motor de la moto, Honda tenía los resultados garantizados con un Marc que ya no estaría en 2020 y sobre el que, a día de hoy, se especula con su vuelta a cada Gran Premio, se desmiente su vuelta a la moto en un bucle en el que se parecen apurar y rampiñar los días necesarios para completar una recuperación que, si aún deja dudas de cuándo volverá a subirse, más dudas deja de cómo llegará a subirse en la moto por la manera que demuestran de apurar días, horas, de la recuperación del padre de dragones Marc Márquez.




Y Honda, no nos engañemos, se ha visto obligada a reaccionar de una manera u otra. Reaccionar no es subir a Bradl para que sustituya a Marc Márquez, reaccionar es trabajar en la moto pensando en que todos aquellos pilotos que no son Marc Márquez sencillamente, no eran capaces ya de ganar, sino de llegar al podio con ella.
Vale que Motorland no es un circuito de agresivas frenadas antes de entrar en curva, pero si quieren una medida de lo mal que giraba la Honda os recomiendo revisionar el Gran Premio de Italia 2019 dónde Márquez se peleaba vuelta tras vuelta con su Honda para no trazar tan abierto como las Ducati, otra vez Ducati, las otras que no giran ni encuentran quién las haga girar siempre. Una vez que tengan esa medida (o no), volvamos a Alcañiz, 18 de octubre de 2020. Crutchlow se clasifica en primera línea de salida, Alex Márquez casi gana y Takaaki Nakagami termina quinto en pugna con la Yamaha de Franco Morbidelli. Y sin querer quitarle méritos a nadie (que es lo que estáis pensando, al podio llegan los pilotos sobre su moto), esa Honda ha cambiado en uno de esos movimientos lentos pero efectivos tan típicos de Honda.
La parte positiva de la ausencia de Marc quizá, quizá, haya sido una Honda más universal. Y seguro que la competencia intentará igualar lo que hayan encontrado en Honda (que me creo lo que me creo del amortiguador trasero, demasiado simple para no haberlo hecho antes), pero dará más o menos igual porque ya no habrá que ser Marc Márquez para llegar al podio con la Honda en seco.