Suggested Mapping 12: la hora de Maverick.
Ahora que «nuestro» Lucio ha puesto de moda hacer análisis y predicciones dando un plus a la noticia, bien copiándolo o currándoselo un poquito, en aquellos medios que no tratan este nuestro deporte como se merece, se hace muy tentador hacer un análisis propio.
Aún más tentador en la época de las redes sociales, en la que estamos todos obligados a compartir nuestra verdad única, demoledora e inapelable. Intentaré hacerlo en algo más de 140 caracteres y sin dar muchos rodeos.
Decir que en mis dotes como futurólogo dentro de MotoRaceNation ya me colé y mucho opinando sobre Jorge Martín hace un par de temporadas, algo que nos ha hecho reír mucho a los componentes del podcast no por el derecho a colarse de uno, sino por la reacción recibida en los comentarios, así que si Diego Lacave suele pedir que no le hagamos mucho caso, seguro que lo más conveniente es que no tengas mucho en cuenta este texto (a no ser que se cumpla, claro).
Poco se habla de cómo pueden afectar los Michelin al pilotaje. Y no hablo de cómo puede mejorar o no ciertos puntos del pilotaje o de la moto, como Dovizioso y Petrucci ya se están ocupando de hacer para convencernos de que la Yamaha y la Suzuki giran muy bien (que además lo cuentan como si fuera una novedad), o de la esperada mejoría de las KTM y la forzada mejoría de Aprilia (porque sólo cabía mejorar) así que aquí va mi minucioso análisis de qué podrá traernos la temporada 2020 según lo visto y analizado de los test de Sepang: más o menos todo va a seguir igual o en su defecto, irá en lo que veíamos venir en 2019. Y aquí es dónde empiezo con el otro protagonista de esta entrada, Maverick Viñales y el temita de los Michelin nuevos.




Lo voy a decir claro: Maverick Viñales es el mejor piloto de MotoGP junto con Marc Márquez, al menos son los dos únicos pilotos cuyo talento dejaría una balanza equilibrada, con una capacidad de adaptación a sus nuevas monturas y categorías como pocas veces hemos visto y en ambos casos, obligando a los rivales a fijarse cómo pilotaban para contenerlos (hay que recordar el espectáculo de flow, las clases de baile que Viñales dio con la Moto2), lo que significa que a día de hoy, o hasta hoy, quizá Viñales sea el único piloto que, teniéndolo todo en su sitio durante una laaaaarga temporada, pueda quitarle el sueño a Márquez a lo laaaaaargo y ancho de una temporada a 20 carreras.
Pero Maverick se encontrará en 2020 y sucesivos en una situación desconocida para él: la obligación de ganar sin excusas. Una obligación que no tuvo en su meteórico paso por Moto2, una obligación que no tuvo en su paso por una joven Suzuki que no aspiraba al título, una obligación que se quitó de encima tras el famoso cambio de Michelin en su primer año con Yamaha, el cambio de Ramón Forcada en su segundo año con Yamaha, el trato preferente de Yamaha a Rossi hasta ahora e incluso la presencia de otros pilotos en pista en la pasada temporada. Pero ahora, todas esas circunstancias se han borrado de un plumazo con su renovado estatus con línea directa hasta Japón puenteando los jerifaltes del equipo que tiene su sede en Italia (y me refiero al Monster Yamaha MotoGP, cuya sede está en Lesmo, provincia de Monza, Italia) y sólo tendrá que dedicarse a correr y ganar CON O SIN EXCUSAS.
Y va Michelin y trae un neumático más duradero que los hace correr a todos más y que ofrece menos desgaste lo que, probablemente, hará que las diferencias se marquen sobre gomas frías y tanques llenos, circunstancia también conocida como el primer tercio de carrera con mucho tráfico, ¿os suena?.
Espero y deseo que Maverick Viñales gane y nos divierta, que ofrezca oposición real a Marc, pero tendrá que hacerlo CON TRÁFICO O SIN ÉL, CON EXCUSAS O SIN ELLAS, porque la mitad de las conocidas ya se las ha quitado por contrato, ésta y no otra es la hora de la verdad, la hora de Maverick. De no ser así y como he dicho antes, más o menos todo va a seguir igual o en su defecto, irá en lo que veíamos venir en 2019.